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Tuesday, April 14, 2015

LA HAMBURGUESA HEMINGWAY


 Habiendo conocido la buena mesa de Ernest, a uno se le hace imposible pensar que Hemingway, alguna vez, soportara llevarse a la boca una hamburguesa. Quizás, en su temprana juventud, cuando los dólares no le llenaban los bolsillos, tuvo el deseo irrefrenable de consumir ese alimento que se popularizó como “comida chatarra”. Pero solo como tentación, por necesidad, no por placer No me olvido de aquella historia de las palomas doblegadas por su manos y escondidas en el cochecito del bebé, para luego consumirlas en el frío departamento de París, cuando todavía la vida le mostraba una cara romántica en el París era una fiesta que tanto recordaba.




 ¿Acaso ese hombre acostumbrado a la buena mesa y al alcohol exagerado no pudo permitirse el pecado de ser un norteamericano más? ¿Por qué no? ¿Quien en un acto de sabotaje alimenticio no se sentó en una de esas cadenas comerciales tan popularizadas y decidió incorporar sin ninguna culpa calorías y grasa pesada a su cuerpo?. Claro, después vino la educación médica alimentaria y nos llenó la cabeza con las prohibiciones, y cuanto más nos golpeaban con los peligros, más se consumía hamburguesas en todo el mundo.

 Sobre esta variedad de aglutinar carne molida con otros elementos, existen cientos de manuales y formar de elaboración. Desde sabores prohibidos a aromas tentadores, la literatura del medallón de carne desborda de datos, antecedentes y beneficios. A nadie se le ocurre que una hamburguesa te va a matar. Sin embargo, como un proyectil silencioso esa porción de veneno con el tiempo te pasa la factura y el hígado, ya cansado, te despide sin indemnización.




 En cualquier hogar una hamburguesa no debe faltar nunca en el freezer, porque como diría una experta en soluciones mágicas: “te saca del apuro”. Siempre me pregunté… ¿cuál es el apuro? Respuesta: mi tiempo. Bien, y así llegamos a la hamburguesa Hemingway según la receta del maestro, dato debidamente documentado por el maestro para que no queden dudas que el novelista también sabía tutearse con los platos económicos. Este cronista empecinado resolvió preparar ese plato con sus propias manos y lamentablemente debo confesar que la hamburguesa me cayó pesada. Sepan disculpar, nací en el país de la carne vacuna y nada suplanta a un bife de chorizo, que traducido al lenguaje universal se trata de una porción de carne tierna y sin grasa de unos 400 gramos aproximadamente, cocinada a la parrilla o el asador. La denominación de bistec es más universal, más de gastronomía extranjera; para los argentinos en cambio, el bife de chorizo es un clásico que se añora cuando dejamos estás tierras del fin del mundo. Volvamos a la hamburguesa, Hemingway tenía su receta y fue conocida como la “Papa’s Favorite Hamburger”. Aclara su autor: no hay razón por la una hamburguesa tenga que ser gris, grasienta, fina como el papel y sin gusto. A como están las cosas en la gastronomía, este especie de plato complementario no es otra cosa que un rejunte de carne picada de ternera, ajo en cantidad suficiente, cebollitas de verdeo finamente cortadas, huevo, salsa de soja y pimienta de cayena.




 La receta de la hamburguesa es uno de los papeles que la  John F. Kennedy Presidential Library and Museum  acaba de hacer públicos y que por vez primera se pueden ver fuera de Cuba. Hemingway vivió una gran parte de su vida en la isla, aunque murió en Estados Unidos. Tras el deceso de Hemingway en 1961 y aunque la prohibición a los estadounidenses de viajar a Cuba estaba ya activa, Mary Hemingway, consiguió un permiso especial para entrar en la isla y recuperar el archivo personal del escritor. El acuerdo cerrado con las autoridades cubanas fue que aquello que Mary no consiguiese sacar del país y de la casa pasaría a ser parte del patrimonio cubano. Entre las cosas que quedaron en Finca Vigía se encontraban numerosos papeles y objetos de la vida cotidiana del escritor, como la receta en cuestión.




 Mary Hemingway donó a la John F. Kennedy Presidential Library and Museum su archivo personal con todos los papeles que poseía del escritor y, en los últimos años, la biblioteca ha cerrado un acuerdo con las autoridades cubanas para la preservación y digitalización de la colección cubana. Es por ello que han publicado ahora en formato digital la receta de la hamburguesa y otros papeles asociados a la vida cotidiana del escritor.

 En la receta de “Papa’s Favorite Hamburger”  aparecen anotaciones de la propia Mary. Lo que no sabemos si ésta, alguna vez, se hizo cargo de la preparación o si degustó la famosa hamburguesa.




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