Thursday, July 27, 2023

UN POETA SUELTO EN PARÍS

 



Una de las facetas menos conocida de Hemingway es sin duda su condición de poeta. Sin embargo hay que destacar que Ernest, además de ser un gran lector de versos, tenía afán de ser poeta, de hecho su primer libro, asume un lenguaje muy distante a la narrativa.

Ernest mantenía un enorme respecto por Ezra Pound,  a pesar de las diferencias y la edad. Tuvieron una relación difícil: Pound era profascista, Hemingway antifascista. Pound era abstemio, Hemingway bebedor. Pound amaba la esgrima, Hemingway el boxeo. Nada de esto impidió que Ezra fuera su acompañante literario, mentor y agente, editando sus trabajos y enviando poemas a varias revistas como The Dial, obras que fueron rechazadas.

“Ezra quiso que yo le enseñara a boxear (desnuda Hemingway). No llegué nunca a enseñarle cómo se tiraba un gancho de izquierda, y en cuanto a enseñarle el hábito de retirar su derecha, eso lo reservaba para el futuro.”

“Ezra era un escritor muy generoso y el más desinteresado que nunca he conocido. Corría en auxilio de los poetas, pintores, escultores y prosistas en lo que le tenía fe.”

Hemingway publicó su opera prima en 1923 bajo la tutela de Pound. El editor Mac Almon no estaba de acuerdo con Pound sobre la calidad de la obra, pero ante la insistencia de Ezra, imprimió 300 ejemplares. 100 de esos volúmenes fueron de regalo y el resto se distribuyó entre escritores. Unos 50 ejemplares quedaros a la venta en la librería Shakespeare y Company, donde se reunía la cofradía de escritores.


 Se cumplen 100 años de ese acontecimiento. Tres historias y diez poemas nunca se tradujo al castellano, pero ahora, gracias a la editorial española Averso las piezas poéticas tienen su merecido. La tarea de traducción corrió de la mano de Paola Trujillo y José Domínguez. Se presenta en edición bilingüe y se espera un buen recibimiento en toda Europa.

Un año después la publicación fue reeditada parcialmente, los tres relatos tuvieron vida propia. El caso de Mi viejo, marcó la delantera, mientras que Allá en Michigan volvió a publicarse en 1938, después de una enorme polémica en varios países por el relato de una violación. Fuera de temporada, el otro cuento, quedo en lista de espera.

Tres historias y diez poemas es un libro sobrio, en sintonía con los apasionados por Hemingway, se lee de un tirón. No es lo mejor de Ernest, pero no podemos negar que se trata de una opera prima.

A manera de adelanto, les entrego uno de los poemas. Aquí el fantasma del suicidio aparece de manera tajante.

 

Montparnasse

 

Nunca hay suicidios entre la gente del

barrio que uno conoce

al menos no suicidios exitosos.

Un muchacho chino se suicida y muere.

(Siguen dejando el correo en la

estantería de la bóveda)

Un muchacho noruego se suicida y

muere

(Nadie sabe donde ha  ido el otro

muchacho noruego)

Descubren a una modelo muerta

sola en su cama y bien muerta

(causó problemas casi insoportables al

conserje).

Dulce aceite, clara de huevos, mostaza y

agua, espuma de jabón

y lavados de estómago salvan a la gente

que uno conoce.

Cada tarde uno se los encuentra en la

cafetería.