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Thursday, June 27, 2024

EL MARSELLA DE HEMINGWAY

 



El mensaje de mi amigo es para reflexionar. Tampoco resulta tan terrible, pero llama la atención que sea en una ciudad donde el turismo es importante. Sucede que las protestan  castigan a los visitantes y los carteles anuncian que los barceloneses no quieren turistas que alquilen departamentos.



 

Con expresiones tales como “Fora Pijos” y “Tourist go home”, una apreciada multitud  se expresa en la calle. Mi amigo está ahora en el bar favorito de Hemingway, donde también pasaron Dalí y Picasso. Es un lugar emblemático, un refugio bohemio con dos siglos de historia. El bar Marsella, es un icónico establecimiento ubicado en el corazón del barrio de Raval, fundado en 1820, reconocido como el bar más antiguo de la ciudad y que pasó por todas las crisis económicas, la más crítica en 2023, cuando cargó con la amenaza del cierre y la comunidad y el ayuntamiento de Barcelona decidieron unirse para preservarlo y asegurarse que siga siendo un punto de encuentro para las nuevas generaciones de artistas y amantes de la cultura.




Hablar del Marsella es remitirse a una época maldita, donde los artistas buscaban a las prostitutas para enamorarlas con sus poemas. Allí Hemingway se castigaba con la absenta y terminaba desecho.

Ahora las cosas son distintas y esto que los turistas sean echados no es nada bueno.

Hemingway estaría a los insultos y golpearía, de ser necesario, a más de barcelonés idiota.

Monday, June 24, 2024

EL BAÚL DE HEMINGWAY

 


Con el tiempo todo parece tener otro aspecto y otro valor (sentimental). Cuando hablamos del pasado y rescatamos los objetos que nos acompañaron, los recuerdos vuelven a nuestra mente. La memoria sacude al corazón y la emoción estalla. ¿El valor económico es un valor? Para muchas cosas sí, para otras, la palabra sentimiento es más fuerte.

La noticia habla de baúles, pero no de cualquier baúl. La mayor colección privada de baúles Louis Vuitton jamás subastada, sale a la venta en una operación que alcanzará entre 1,4 y 2,1 millones de euros. 




El baúl  biblioteca de Hemingway, realizado en lona con monograma y herrajes metálicos de latón, estimado en 15 mil euros, será una de esas piezas históricas puesta a consideración de un público selecto.

El ejemplar  fue diseñado por primera vez en 1927 por Gastón-Louis Vuitton para Ernest, como una biblioteca de viajes y se despliega en dos partes. El baúl tiene cajones y espacio para una máquina de escribir.

Los especialistas calculan que esta joya puede ser adquirida por alguna fundación o coleccionista atrevido.


La subasta está en marcha desde el 19 de junio hasta el 3 de julio.

Desde su orígenes, la Maison Louis Vuitton ha servido a exploradores y aventureros, a príncipes, dandis, elegantes mujeres aristocráticas y artistas de distinta condición.

Hemingway lo utilizó en sus viajes por Francia e Italia y desestimó su uso a partir de 1934. 

 Ahora forma parte de la leyenda y de un tiempo donde París era una fiesta.

Thursday, June 13, 2024

UNA TERRIBLE Y SILENCIOSA PROCESIÓN



La crónica lacerante sobre el éxodo de un pueblo golpeado. Tracio en el sentido étnico, se refiere a varios pueblos antiguos que hablaban el idioma de la rama de familia de lenguas indoeuropeas. La civilización tracia evolucionó rápidamente debido a la expansión colonial griega y al avance persa en el sureste europeo. La mayoría de los tracios o bien fueron helenizados o romanizados.

La diáspora traciana queda revelada en este breve informe que Hemingway desarrolla con puntualidad periodística, marcando los detalles lineales que son parte del desasosiego de un pueblo vencido.

José María Gatti


UNA TERRIBLE Y SILENCIOSA PROCESIÓN

Del Toronto Daily Star, 20 de octubre de 1922

 Adrianópolis

 La población cristiana de Tracia oriental se agolpa en las carreteras formando una interminable y vacilante procesión que se dirige a Macedonia. La columna cruza el Maritza por Adrianópolis y tiene unas veinte millas para llegar. Veinte millas de carros tirados por vacas, bueyes y búfalos llenos de barro, gente arropada con mantas mojadas que caminan bajo la lluvia con paso vacilante al lado de sus bienes terrenales.



Esta columna principal se forma de todos aquellos que dejan el terruño. Sin saber adónde ir abandonan sus aldeas, granjas y cosechas y se unen a la caravana de refugiados en cuanto oyen que vienen los turcos. Ahora no les queda otro recurso que mantener su sitio en la terrible marcha, mientras los soldados de caballería griegos, salpicados de barro, cabalgan al lado de ellos como vaqueros que conducen ganado.

Es una procesión silenciosa, ninguno se queja. Su ropa rústica y de vivos coloridos está empapada y sucia. Aletean gallinas atadas a las patas de los carros; terneros flacos que frotan sus hocicos con la ubre de las vacas de tiro. Un anciano camina encorvado bajo el peso de un gorrino, una escopeta y una guadaña con un pollo al mango de ella. Un esposo arropa con una manta a su mujer para protegerla de la lluvia; la mujer está con dolores de parto en uno de los carros; es la única persona que emite sonidos, y su hija, de corta edad, la contempla con horror y empieza a gritar. La procesión prosigue su camino.



En Adrianópolis, por donde pasa el torrente de refugiados, no hay nada organizado para brindarles auxilio. Se está llevando a cabo una magnífica labor en Rodasto, pero eso no es suficiente. Solo de la Tracia Oriental hay que evacuar unos doscientos cincuenta mil cristianos y las fronteras búlgaras están cerradas para ellos, Macedonia y la Tracia occidental son las únicas regiones que pueden recibir el fruto del retorno de los turcos a Europa. Actualmente hay cerca de medio millón de refugiados en Macedonia. Y nadie sabe cómo darles de comer; por eso, el mes próximo el mundo cristiana oirá el grito de :"¡Vengan a Macedonia y ayúdenos!"

Ernest Miller Hemingway


Selección y traducción Mariano Barragán


Próxima entrega: 5 de julio

Bohemios norteamericanos en París

Del Toronto Star Weekly, 25 de marzo de 1922

ANTICIPO

París

Las heces de Greenwich Village (Barrio bohemio de Nueva York) han sigo recogidas con un gran cucharón para  depositarlas en la sección parisiense del Café Rotonde. Las heces más recientes han venido a ocupar el sitio de las más añejas, pero las más rancias y espesas han llegado de un modo u otro a través del Atlántico y con sus tertulias vespertinas y nocturnas, han convertido la Rotonde en el centro de exhibición más importante del Barrio Latino para turistas ansiosos de encontrar ambiente y color local.




Saturday, June 01, 2024

LA INFLACIÓN ALEMANA



El período de hiperinflación en Alemania, sucedió entre 1921 y 1923 en la República de Weimar, nombre histórico con el que se identifica a Alemania durante el período de entreguerras.

Hemingway estaba por esos lares recogiendo información para el Star. En ese momento se presentaron situaciones tales como el desmedido aumento de precios, tasas de interés por la nubes, modificación del tipo de cambio y abandono de la moneda como unidad de intercambio.

La inflación acrecentó las dudas sobre la eficacia de las instituciones liberales, especialmente entre la clase media que había perdido todos sus bienes. La falta de confianza, el resentimiento entre banqueros y especuladores financieros fueron parte del desastre económico.

La traducción de Mariano Barragán  de esta nota nos lleva al terreno donde la crisis social, a través de la mirada de Hemingway, refleja un momento único lleno de idas y vueltas.

 La crónica que sigue, sin margen de error, patentiza esa realidad y nos acerca a lo frágil del ser humano.  

José María Gatti


LA INFLACIÓN ALEMANA



Del Toronto Daily Star, 19 de septiembre de 1922

Kehl, Alemania

El muchacho de la agencia de viajes de Estrasburgo, a donde nos dirigimos para informarnos de cómo se podía cruzar la frontera, sentenció: 

-"¡Es muy fácil trasladarse a la frontera!. No tienen más que cruzar el puente."

- No hace falta obtener el visado - le pregunté

- En absoluto. Para salir de Francia es suficiente la estampilla de la aduana - contestó el agente; sacó su pasaporte del bolsillo y nos mostró el reverso del mismo lleno de estampillas -. ¿Comprenden? Ahora vivo aquí porque resulta más económico y ésa es la manera de ganar dinero.

¡Comprendido!

Del centro de Estrasburgo al Rin hay una línea de tranvía de tres millas; al llegar al final del trayecto, los viajeros se apiñan y van en manada a una especie de corral hecho de estacas puntiagudas que conduce al puente. Un soldado francés con la bayoneta calada va de un lado a otro de la otra carretera y por debajo de su casco de  acero azul observa a los jóvenes que esperan en la caseta donde se revisan los pasaportes. El feo edifico de la aduana está a la izquierda del puente y a la derecha hay un galpón de madera con un mostrador, detrás del cual un oficial francés pone la estampilla a los pasaportes.

El Rin es turbio, de color amarillento y fluye rápido entre sus bajas y verdes orillas y forma remolinos al ser cortado por los pilares de hormigón que sostiene el largo puente de hierro, al otro extremo del cual se ve la pequeña ciudad de Kehl, semejante al triste suburbio de Dundas de Toronto.

Si uno es de nacionalidad francesa, el susodicho oficial le pone simplemente la estampilla sortie Pont de Kehl en su pasaporte y puede cruzar el puente hacia Alemania; si se es ciudadano de un país aliado, lo mira a uno suspicazmente y le pregunta de dónde viene , a  que va Kehl, cuánto tiempo estará allí y finalmente le pone sortie en el documento; si se trata de un vecino de Kehl que viene a trabajar en Estrasburgo y regresa a su casa -pues los intereses de Kehl están ligados a Estrasburgo, al igual que todos los suburbios lo están a las ciudades a que pertenecen, cualquiera que fuera su negocio, éste irremediablemente lo involucra a Estrasburgo- tiene que esperar entre  quince o veinte minutos en el puesto fronterizo mientras buscan su ficha y averiguan si ha hablado mal del Gobierno francés, verifican sus antecedentes, les hacen preguntas y finalmente le pone la estampilla sortie.  Cualquiera puede pasar el puente, pero los franceses se portan muy mal con los alemanes en este sentido.





Una vez cruzado, uno está en Alemania. El otro extremo del puente está guardado por dos soldados alemanes de aspecto sumiso. Dos soldados franceses con la bayoneta calada patrullan por él y los dos alemanes no llevan armas, están apoyados contra la pared y los contemplan ir y venir; los franceses llevan equipos de campaña y los alemanes visten sus viejas guerreras holgadas y gorro de cimera puntiaguda de tiempo de paz.

Pregunté a un francés que funciones tenía la guardia alemana, a lo que contestó:

- Simplemente están allí.

En los bancos de Estrasburgo no había marcos; la subida del cambio había agotado su existencia unos días antes, por lo que cambiamos francos en la estación de Kehl. Me dieron 670 marcos por 10 francos; esta cantidad de dinero francés equivale a unos noventa centavos canadienses. ¡Con ellos Hadley y yo pudimos gastar cuanto quisimos y al final del día nos sobraron ciento veinte marcos!

Hicimos la primera compra en un puesto de frutas, junto a la calle principal de Kehl, donde una anciana vendía manzanas, duraznos y ciruelas. Elegimos cinco hermosas manzanas, le di a la vendedora un billete de 50 marcos y me devolvió 38. Un señor anciano, pulcramente vestido y de barba blanca, nos vio comprarlas, saludó quitándose el sombrero y preguntó tímidamente en alemán:

-Disculpe: ¿Cuánto pagó las manzanas?

Después de contar el vuelto que me había dado la mujer, le dije que 12 marcos. Se sonrió, se puso el sombrero y dijo:

-No puedo permitirme un gasto así.

Y prosiguió su paseo al igual que todo anciano señor lo hace en los demás países, la diferencia consistía en el modo en que había fijado su mirada a la fruta. Sentí no haberle ofrecido alguna.

En la actualidad 12 marcos ni siquiera valen 2 centavos. Este anciano probablemente había invertido sus ahorros de toda su vida en títulos de la deuda púbica antes de la guerra y durante ella y, al contrario de los especuladores, no podía permitirse un gasto de 12  marcos. Por lo tanto, es una de esas personas cuyos ingresos no se incrementan con las devaluación del marco y la corona.

Como 1 dólar equivale a 800 marcos, es decir, 8 marcos por centavo, valoramos la mercadería expuesta en las vidrieras de las tiendas de Kehl, los porotos estaban a 18 marcos la libra , 1 libra de café Kayser (todavía hay marcas como ésta en Alemania) cuesta 34 marcos y una de café Gersten, que no es café en realidad sino grano tostado,14 marcos. Un paquete de papel cazamoscas o una guadaña valen valen 150 marcos (no llega a 19 centavos) y una jarra de cerveza 10 marcos, o poco más que 1 centavo.

En el mejor hotel de Kehl se sirven cinco platos por 120 marcos, que equivale a 15 centavos de dólar. Por una comida de inferior calidad le cobran a uno más de 1 dólar en un restorán de Estrasburgo.

Por ello, las disposiciones aduaneras son muy rigurosas para los que regresan de Alemania; los franceses no pueden comprar toda la mercadería que quisieran en Kehl, aunque pueden ir a comer. Cada tarde se puede ver un tropel de franceses que asaltan las pastelerías y salones de té alemanes. Realmente los alemanes tienen unas confituras excelentes; debido a la devaluación del marco, los estrasburgueses pueden comprarse pasteles por menos  sou en Kehl.  Este milagro en el cambio de moneda causa un espectáculo denigrante; los jóvenes franceses se agolpan en la confiterías alemanas y se llenan de tortas rellenas de crema a 5 marcos la porción, por lo que estos negocios agotan su existencia en poco más de media hora.

Entramos en una pastelería atendida por un hombre de delantal y lentes azulados; tenía aspecto de ser el dueño y le ayudaba su típico boche con el pelo muy corto. El negocio estaba lleno de franceses de todas las edades y condiciones que se atragantaban con las tortas; observé a una joven de suave y bello rostro, con vestido de color rosa, medias de seda y aros de perla que lamía un helado de frutilla y vainilla, sin importarle mucho nada a su alrededor, mientras se entretenía en acercarse a la vidriera para ver pasar a los soldados que había en la ciudad.

El dueño de la pastelería y su dependiente denotaban aspereza y no parecían estar satisfechos de haber vendido toda su mercadería: la devaluación del marco era más acelerada que el incremento de la producción de pasteles.




Entretanto, cerca de allí circulaba un pequeño tren que transportaba obreros de las cantinas a los suburbios de la ciudad; pasaban veloces los automóviles de los especuladores levantando una polvareda que se depositaba en la copa de los árboles y fachada de los edificios, y en el interior de la pastelería la juventud francesa terminaba los últimos pasteles, y las madres francesas limpiaban los labios de sus hijos llenos de crema. Esto ofrecía un nuevo aspecto de la devaluación del marco.

Al anochecer, los  visitantes regresaban a los barrios de Estrasburgo por el puente y los primeros piratas de la devaluación lo cruzaban para hacer su habitual incursión en Kehl, esto es, cenar bien por poco dinero. Las dos corrientes se cruzaban en el puente y los dos desconsolados soldados alemanes los contemplaban. Como dijo el dependiente de la agencia de viajes de Estrasburgo: "Es la manera de ganar dinero".

Ernest Miller Hemingway

Selección y traducción Mariano Barragán

Próxima entrega: 15 de junio

Una terrible y silenciosa procesión

Del Toronto Daily Star, 20 de octubre de 1922

ADELANTO

Adrianópolis. La población cristiana de Tracia oriental se agolpa en las carreteras formando una interminable y vacilante procesión que se dirige a Macedonia. La columna cruza el Maritza por Adrianópolis y tiene unas veinte millas para llegar. Veinte millas de carros tirados por vacas, bueyes y búfalos llenos de barro, gente arropada con mantas mojadas que caminan bajo la lluvia con paso vacilante al lado de sus bienes terrenales.




Monday, May 20, 2024

PISTOLEROS POR CUATROCIENTOS DÓLARES

 


Con una herencia y estilo periodístico ineludible, Ernest Hemingway siguió los pasos de autores de primera línea como Mark Twain, Stephen Crane, Jack London y Ring Ladner.

El género periodístico era lo que más se ajustaba a la personalidad de un joven que, a los 18 años, iniciaba un camino prometedor. El despegue tuvo lugar en el Kansas City Star, de la mano de Pete Wellington.

El Star le brindó la oportunidad de lucirse siguiendo las reglas fijas de un  estilo bien marcado por la realidad. Hemingway, rememoró años después que, “iba de la estación de policía número 4, en la calle 15, a la estación de ferrocarriles Unión, y de ahí al Hospital General. En la calle 15 uno cubría los crímenes, crímenes insignificantes casi siempre, pero nunca se sabía cuándo se podía presentar algo importante. En la estación Unión estaban todos los que entraban y salían de la ciudad…algunas personalidades que yo debía conocer, y ahí se ofrecía la oportunidad de entrevistarlos. El Hospital General estaba en la cima de una colina cercana a la estación de ferrocarriles y ahí uno controlaba los accidentes, además de verificar los crímenes que habían ocurrido”.

Así el joven saltaba de un lado a otro buscando la noticia para el diario.

Lo que sigue es el excelente trabajo de Mariano Barragán, quien puso en español los despachos, noticias, entrevistas, crónicas y reflexiones de un Hemingway que crecería hasta transformarse en uno de los mayores escritores del siglo XX.

José María Gatti



PISTOLEROS POR 400 DÓLARES  

Del Toronto Star Weekly, 11 de diciembre de 1920

Chicago.

Están siendo exportados pistoleros de Norteamérica a Irlanda. La Associated Press ha revelado este hecho.

En el bajo mundo de Chicago y Nueva York corre el rumor que cada barco que zarpa para Inglaterra lleva a bordo una o dos comadrejas de esta especie, y que se dirigen a donde hay buena caza; los pistoleros son primeramente embarcados para Inglaterra, donde desaparecen en los barrios portuarios de ciudades como Liverpool, y luego van a Irlanda.

Allí realizan su trabajo homicida, reciben la cantidad de dinero estipulada y regresan a Inglaterra. Se dice que se pagan cuatrocientos dólares por dar muerte a un policía o a un miembro de la Black and Tan (Fuerza militar organizada por los ingleses para combatir a los  nacionalistas durante la guerra de la independencia Irlandesa de 1919). Este precio parece excesivo si se tiene en cuenta que antes de la guerra se pagaban 100 dólares por un trabajo así en Nueva York; pero el pistolero es un especialista y, al igual que el boxeador, ha aumentado sus honorarios.




Se piden mil dólares por matar a un magistrado que goza de protección u otro funcionario de nivel. Semejante precio, incluso por un homicidio de lujo. “Algunos de estos tipos están ganando buen dinero en Irlanda, no es cosa fácil realizar un trabajo allí, sin embargo, los sicarios aspiran a conseguirlo; ello significa un viaje a París.”

Realmente, este verano se ha visto en la capital francesa más tipos del hampa norteamericana que años anteriores. Dicen que si se tira una piedra contra la aglomeración de gente que se forma frente a ventanillas donde se hacen las apuestas en el hipódromo parisiense de Longchamps, la pedrada la recibiría un pistolero, sicario, carterista o asaltante norteamericano.




Casi todo el dinero obtenido por apretar el gatillo en Irlanda, se esfuma en las carreras de caballos, pues el pistolero intenta probar fortuna en ellas y espera ganar una buena suma para poder establecerse en algún negocio y abandonar la profesión. Mas es difícil que la abandone, porque hay pocas profesiones, aparte del boxeo, que se paga muy bien. Este personaje que me hacía de guía, tiene treinta y ocho años y se dedica a retirar a la gente del negocio. Acaso no sea bueno describirlo con detalles, no vaya a ser que se le ocurra aparecerse en el periódico de Toronto con una amenaza. No obstante podríamos decir que posee la semejanza a un hurón, tiene las manos finas y parece un jockey con un poco más de peso que lo normal.

Dejó la caza del hombre en el momento en que se promulgó la ley seca y el contrabando de bebidas alcohólicas se convirtió en una operación lucrativa.

Se retiró después que sus clientes principales descubrieron  que era mejor y más económico conseguir el whisky en los grande almacenes de Kentucky que arriesgarse a pasarlo a través de la línea imaginaria que divide Estados Unidos de Canadá.

Actualmente es un hombre de mundo que recibe la visita  de numerosos corredores de bolsa. Cuando hablé con él desvió el tema de la conversación sobre el asunto de la “caza”, más la situación de Irlanda, y consultó conmigo sobre unos títulos de deuda pública japonesa que devengan el once por ciento de interés.

En el transcurso de una tarde me enteré de muchas cosas relacionadas con este asunto. En efecto, había algunos “especialistas” norteamericanos en Irlanda. Sí, conocía personalmente a algunos de ellos que estuvieron allí; en verdad no sabía quién tenía la razón de su parte en esa lucha, pero eso no le importaba. Sabía que toda la operación estaba dirigida desde Nueva York. Luego, los pistoleros se perdían en Liverpool. 

No, no tenía mucho interés en asesinar a ingleses, pero, al fin y al cabo, éstos debían morir algún día.





Sabía que la mayor parte de los rufianes eran de origen italiano. Mayormente actuaban en pareja. En Estados Unidos, casi siempre emplean automóvil; esto es indispensable para realizar el trabajo, siempre facilita la huida. Eso es lo principal, en realidad la fuga es fundamental, cualquiera puede disparar un tiro. Por eso el vehículo es un instrumento valioso para el trabajo sucio, si bien el inconveniente mayor es el que conduce. Concluyó diciendo: “¿No se ha dado cuenta de que muchas huidas fracasan por culpa de los choferes? La policía sigue la pista del vehículo; lo detiene al chofer y este asustando señala a los autores del hecho. Esta es la parte negativa del uso del automóvil; no se puede confiar en los choferes.”

Así es el tipo de mercenario que está a sueldo de los irlandeses para asesinar a sus opositores. No es un personaje heroico ni dramático. Simplemente se sienta ante un vaso de whisky, manteniendo el cuerpo inclinado sobre él; se preocupa de cómo invertir mejor su dinero; por su mente se suceden pensamientos de comadreja, mientras les desea suerte a sus muchachos. Y la fortuna parece estarles sonriendo.

Ernest Miller Hemingway

Selección y traducción: Mariano Barragán




Próxima entrega: 1 de junio
Título: LA INFLACIÓN ALEMANA Toronto Daily Star
19 de setiembre de 1922.

EL MUERTITO DE HEMINGWAY

El libro biográfico-policial sobre la aventura de Ernest Hemingway en Perú, ya agotó tres ediciones y una publicación en polaco. Se ha distribuido en Estados Unidos, México, Venezuela, Colombia, Uruguay, Chile, Paraguay y Argentina. En Europa llegó a las librerías de Polonia, Croacia, Alemania y España.

Puede adquirirse en Amazon, CúspideLibros / CúspideLibrostiendaoficial en Mercado Libre y Grupo Libero - Tahiel - Capital - Soul - Booksai - Tiendabooks.

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Sunday, May 05, 2024

LA HERENCIA HEMINGWAY


  

 Hemingway siempre despierta admiración y emociones en sus seguidores. Pasan los años, la leyenda crece y se multiplica con ciertos fenómenos que escapan a cualquier análisis. Cierta vez Margaux, hermana de Mariel y Joan, dijo que el “apellido Hemingway pesa demasiado”. Sin embargo para algunos del clan no todo resulta igual.

La pipa lleva muchos años compilando las historias de una cofradía que se perfecciona con el correr del tiempo. Nada parece cerrar el cúmulo de novedades que se suman a relatos reales y ficticios. Todo lo que lleva el nombre Hemingway sigue teniendo vigencia.

Con el ánimo de persistir cautivando el delirio de un público numeroso, vuelvo a ocuparme de las mujeres que llevan el sello Hemingway. Me detengo en Dree, la más joven y rutilante de las doncellas rubias; buceo en sus dones y en un film que despertó asombro en su momento. Se trata de Starlet, una comedia dramática dirigida por el entonces principiante Sean Baker, en 2012. La película es la historia del surgimiento amistoso  entre una chica de 21 años y su vecina, una señora de 82. Dree Hemingway, protagoniza a Jane, también conocida como Tess, una muchacha que comparte un departamento alquilado por Melissa y su novio Mikey. Jane tiene un perro chihuahua llamado Starlet, por eso el nombre de la cinta.



Jane es una aspirante a actriz que choca con Sadie, interpretada por Besedka Johnson, una anciana que quiere despedirse del mundo en una casa en el valle de San Fernando de California. Jane pasa su tiempo drogándose con sus amigos y cuidando a su perro, mientras que Sadie atiende el jardín.

Melissa le dice a Jane que no puede modificar el color de las paredes de la habitación, como desea, porque Mikey la necesita para las “sesiones”. En busca de un cambio, Jane compra muebles viejos en un garaje del vecindario. En una de esas operaciones se cruza con Sadie a quien le compra un termo. De regreso a su casa, Jane descubre que dentro del termo hay un fajo importante de dinero. Melissa, totalmente borracha, le dice que lo gaste en algo que la alegre. Jane compra dos pasajes en primera clase a París y convence a Sadie para que la acompañe. Cuando Melissa se entera la echa del departamento.

Jane se entera que Sadie es la viuda de un jugador exitoso y que siempre quiso vivir en Paris.

Melissa, como venganza, le dice a Sadie sobre el dinero y ésta enojada no quiere viajar. Jane finalmente le cuenta toda la verdad y terminan reconciliándose. Sadie le pide a Jane que antes del viaje quiere pasar a dejar unas flores en la tumba de su esposo, es ahí  donde Jane advierte que cerca de la tumba del esposo de Sadie, está también la su hija que murió a los 18 años. Ambas regresan al auto y se van rumbo al aeropuerto.

Starlet es una obra de cine independiente, escrita, producida y dirigida por Sean Baker y estrenada en Argentina el 3 de octubre de 2013, con escasa repercusión de público.

Dree Louise Hemingway Crisman es la hija de Mariel Hemingway y Stephen Crisman, nació en Sun Valley, Idaho, donde se suicidó su  bisabuelo, el 4 de diciembre de 1987,  mide 1,75 metros, es modelo, ha sido portada de la revista Vogue y protagonista de campañas publicitarias en Givenchy, Calvin Klein, Chanel, Valentino, Paco Rabanne, Gianfranco Ferré y Salvatore Ferragamo.

Además de este film, Dree protagonizó Mientras somos jóvenes (2014), The Disaster Artist. Obra maestra (2017). También incursionó como la Playmate y pasó a convertirse en la primera Playmate de Playboy en no desnudarse frontalmente para la revista.



 Como realizadora ha escrito y dirigido The Walking Dead , con la actriz Lauren Cohan.

Todo recuerda a su madre, quien a los 17 años,  participó en la película Manhattan de Woody Allen y que recibió una nominación al Oscar por su rol.

Dree aseguró que sería un completo despropósito intentar escribir y que su apellido es anecdótico. En rigor, su verdadera vocación fue el ballet, una disciplina que desarrolló entre los 5 y los 20 años y que incluso la llevó a dejar su casa en California para entrenar en Washington con Suzanne Farrell, la mejor bailarina de  Estados Unidos.

 “Crecí en los sets de las películas de  mi madre y entre los documentales de mi padre”, confiesa. “Soy un marimacho con una pizca de femineidad”, agrega.

La genética no se equivoca y la leyenda continúa.

 

UN COLABORADOR DE LUJO: MARIANO BARRAGÁN



Diseñador gráfico y documentalista, nacido en San José de Tenerife (Islas Canarias),  en 1979.

Barragán ha recopilado y traducido al español la mayor parte de las crónicas, entrevistas y relatos de Ernest Hemingway, escritos a lo largo de su carrera como periodista y corresponsal de guerra.

Gracias a su enorme voluntad, parte de esta serie de trabajos serán publicados en La pipa de Hemingway.


Monday, January 08, 2024

HEMINGWAY Y EL ABORTO

 


Hace 97 años, Hemingway escribía uno de relatos más polémicos: Colinas como elefantes blancos, un título metafórico que escondía una realidad marcada por la angustia de una española y un norteamericano. El eje argumental gira en torno a una problemática muy ligada al autor. Ernest fue un hijo no deseado y su condición de varón borrado los primeros años de vida, lo marcó para siempre. Su madre no recurrió al aborto por una cuestión religiosa y lo castigó desarrollando en él un rechazo al sexo y a las mujeres, que terminó cuando definitivamente Ernest se escapó del mandato materno que lo sometía a una virginidad hasta el casamiento. En ese sentido, su rebeldía lo llevó a una libertad que muchos confundieron con “marcados desvíos”, cosas que finalmente fueron permitidas para un joven que cargaba el sometimiento de una educación victoriana.




En ningún pasaje del cuento se menciona la palabra aborto, algo que Hemingway deja traslucir y que transcurre entre lo implícito y lo explícito. Hay que ubicarse en la época y en medio de una sociedad pacata; este disparo al aire era un desafío, la bala le podía atravesar el cuerpo a cualquiera y sobre todo a la imagen impoluta de la mujer. El aborto existía pero se ocultaba, no era digno, llegaba después de una inmoralidad y la sociedad hipócrita no permitía quebrar los códigos y las buenas costumbres. Una mujer que abortaba era una prostituta sin más vueltas.




El relato ambientado en una estación de tren en España, se construye en una conversación en la que un norteamericano intenta convencer a su novia Jig que aborte, mientras esperan el tren para Madrid. El hombre no la obligará, pero cree que sería lo mejor.

El cuento es trascendente, es una obra maestra llena de “frases verdaderas” como marca Hemingway.

Ernest inmortalizó una conversación dura, dolorosa para esa época, pero que hoy se repite sin cambios en muchos lugares.

Andrés Julián Chiriboga Villacreces, nos ayuda a seguir el hilo del relato que tiene toda la impronta de un Hemingway entero.

Los invito a leer el análisis del relato y el cuento.

 

 


‘Colinas como elefantes blancos’ es un cuento donde se narra el dialogo entre Jig y el norteamericano en la estación de tren. Se trata de un pequeño dialogo donde los personajes hablan de una operación. Jig no para de observar el horizonte y mencionar que las montañas tienen un aspecto similar al de elefantes blancos, “La muchacha miraba la hilera de colinas. Eran blancas bajo el sol y el campo estaba pardo y seco. -Parecen elefantes blancos -dijo.” (Hemingway, pág. 1). El dialogo entre estos dos personajes se lleva a cabo en el transcurso de 35 minutos, ya que en un comienzo se menciona que el tiempo en el que va a llegar el tren, y al final la chica del bar menciona que el tren llegaría en 5 minutos, “Hacía mucho calor y el expreso de Barcelona llegaría en cuarenta minutos. […]-El tren llega en cinco minutos -dijo.” (Hemingway, págs. 1-6). Hemingway utiliza un narrador impersonal, quien se lo muestra como una persona más en el bar describe la escena desde su perspectiva.


El dialogo entre Jig y el norteamericano como ya se mencionó anteriormente trata sobre una operación a Jig. El norteamericano se esfuerza por convencer a Jig de llevar a cabo la operación, mientras que Jig muestra miedo y desacuerdo con llevar dicha operación, “En realidad se trata de una operación muy sencilla, Jig […] La muchacha miró el piso donde descansaban las patas de la mesa. […]La muchacha no dijo nada.” (Hemingway, pág. 3). Como se ve en la cita anterior, el norteamericano persuade a Jig, tratando de hacer parecer la operación como algo normal y de lo más sencillo; por su parte Jig no menciona nada al respecto, solo se comunica mediante el cuerpo, como se menciona, miró al piso, no dijo nada. El norteamericano por su posición influye demasiado sobre Jig hasta el punto en que ella se muestra sumisa y trata de cambiar de tema, probar cosas nuevas y dejar de pensar en lo que se dice.


En un comienzo no se sabe de qué trata la operación de la que tanto se habla en el transcurso de la historia, sin embargo, a medida que se avanza la historia, se puede ver que esta operación influye tanto en Jig como en el norteamericano. “-Estaremos bien después. Igual que como estábamos. -¿Qué te hace pensarlo? -Eso es lo único que nos molesta. Es lo único que nos hace infelices.” (Hemingway, pág. 3). El norteamericano se muestra como si lo que van a operar es algo que les perjudica a los dos, con esto se puede concluir en que la operación de la que hablan, en la estación del tren, es la de un aborto.

 

Es claro que para una persona, que no planeaba tener un hijo, este se convierta en un problema, y lo relacione con la infelicidad. El norteamericano, a pesar de mostrar que no la va a obligar continúa persuadiendo a Jig para hacerlo, y se muestra como que un hijo será como un intruso, que va a interrumpir la relación entre los dos. “[…] Pero no quiero a nadie más que a ti. No quiero que nadie se interponga. Y sé que es perfectamente sencillo.” (Hemingway, pág. 5).


La frase que más se repite en el relato de Hemingway, y además es el título del cuento es ‘Colinas como elefantes blancos’. Estas palabras las repite Jig en el transcurso del dialogo, especialmente cuando comienzan hablar de la operación y que una vez efectuada, la tranquilidad y alegría regresaría a sus vidas, “Dije que las montañas parecían elefantes blancos.” (Hemingway, pág. 2). ‘Elefantes blancos’ es una expresión utilizada para mencionar una posesión, la cual no aporta nada en especial al dueño, sino que esta la perjudica completamente y se convierte en un estorbo, “Un elefante blanco […] es el nombre que reciben posesiones que aportan menos beneficios que lo que cuesta mantenerlas.” (Fandiño, 2010). Jig cada que mencionaba eso, lo hacía de una manera para referirse al embarazo. Un niño para el norteamericano, sería como un ser que únicamente le brindaría problemas a él y a Jig.


‘Colinas como elefantes blancos’ es un cuento que transcurre en un lapso de 35 minutos y se lleva a cabo en la estación del tren. Dos personajes principales y uno secundario intervienen en el dialogo y un narrador impersonal cuenta lo que puede apreciar de dichos personajes. El cuento trata de la discusión de un hombre norteamericano y Jig una chica embarazada, en la discusión se trata de persuadir a Jig para que ella aborte y así pueda librarse de un problema, que sería el bebé. ‘Elefantes blancos’ es algo que Jig repite constantemente y eso significa que el embarazo será algo que a futuro solo causara problemas y que perjudicara en lugar de ayudar.