NADIE MUERE NUNCA
Hace 70 años la revista Cosmopolitan de Nueva York, publicaba en su número de marzo, el cuento Nobady Ever Dies (Nunca nadie muere nada) de Ernest Hemingway. Dos décadas más tarde el escritor cubano Guillermo Cabrera Infante, fanatizado con el relato, lo traduce al castellano a fines de 1960. A partir de entonces la historia de la narración comienza un peregrinar apasionante. El cuento relata la trayectoria de un revolucionario cubano que cae en una trampa mortal. Es raro conseguir el texto. Tuve la suerte de hallarlo perdido en una librería de viejos de Montevideo, mi amigo Sergio Mescal. Recuerdo que levantó como un trofeo la obra y gritó: “¡Día salvado!”. El volumen de unas 120 páginas reúne a varios cuentos bajo el título de Crónicas de América. El primer trabajo es de Hemingway. Le siguen los de Roa Bastos, Cortázar, Benedetti y Asturias. Fue editado por Jorge Álvarez y publicado en 1965. Pero volvamos a Nobady. Este relato por largo tiempo se transformó en motivo de análisis de incontables seminarios porque muchos creían que el texto era una de las ficciones más llenas de ternura escritas por el norteamericano y un adelanto del posteriormente consagrado Por quién doblan las campanas, publicado en 1940.No estaban tan equivocados. El primer dato para analizar es preguntarnos qué sucedió con el escrito entre 1939 y 1960. Respuesta: nada. Digo esto porque generalmente cuando un cuento de Hemingway “pega”, siempre los seguidores se encargan de promocionarlo. No es este el caso. Ahora preguntémonos qué pasó con Ernest en el mismo período. Sus desventuras no fueron pocas. No puedo dejar de lado una madeja de incógnitas que alimentaron todo tipo de dudas. Un año antes que Hemingway diera a conocer su cuento, se produce la ruptura de su amistad con John Dos Passos. El motivo es el fusilamiento de José Robles, viejo conocido de Dos Passos. Hemingway sostenía que ese asesinato había sido un “dudoso error”, mientras que para Dos Passos el fusilamiento era una verdadera ofensa. La discusión nunca llegó a un buen término. Cabe pensar que precisamente Nunca nadie muere nada pueda tener atadura sentimental con la muerte de José Robles. El argumento del cuento habla de un revolucionario que demasiado tarde logra escapar de una trampa pero acabará acribillado (¿fusilado?) en un descampado, envuelto por las luces de reflectores que lo perseguían y aferrado a los brazos de su amante María. Un texto pasional, romántico, con el héroe martirizado. También para esta fecha está latente el documental The Spanish Earth y los acontecimientos de la Guerra Civil Española, un verdadero coctel de emociones.
Hace 70 años la revista Cosmopolitan de Nueva York, publicaba en su número de marzo, el cuento Nobady Ever Dies (Nunca nadie muere nada) de Ernest Hemingway. Dos décadas más tarde el escritor cubano Guillermo Cabrera Infante, fanatizado con el relato, lo traduce al castellano a fines de 1960. A partir de entonces la historia de la narración comienza un peregrinar apasionante. El cuento relata la trayectoria de un revolucionario cubano que cae en una trampa mortal. Es raro conseguir el texto. Tuve la suerte de hallarlo perdido en una librería de viejos de Montevideo, mi amigo Sergio Mescal. Recuerdo que levantó como un trofeo la obra y gritó: “¡Día salvado!”. El volumen de unas 120 páginas reúne a varios cuentos bajo el título de Crónicas de América. El primer trabajo es de Hemingway. Le siguen los de Roa Bastos, Cortázar, Benedetti y Asturias. Fue editado por Jorge Álvarez y publicado en 1965. Pero volvamos a Nobady. Este relato por largo tiempo se transformó en motivo de análisis de incontables seminarios porque muchos creían que el texto era una de las ficciones más llenas de ternura escritas por el norteamericano y un adelanto del posteriormente consagrado Por quién doblan las campanas, publicado en 1940.No estaban tan equivocados. El primer dato para analizar es preguntarnos qué sucedió con el escrito entre 1939 y 1960. Respuesta: nada. Digo esto porque generalmente cuando un cuento de Hemingway “pega”, siempre los seguidores se encargan de promocionarlo. No es este el caso. Ahora preguntémonos qué pasó con Ernest en el mismo período. Sus desventuras no fueron pocas. No puedo dejar de lado una madeja de incógnitas que alimentaron todo tipo de dudas. Un año antes que Hemingway diera a conocer su cuento, se produce la ruptura de su amistad con John Dos Passos. El motivo es el fusilamiento de José Robles, viejo conocido de Dos Passos. Hemingway sostenía que ese asesinato había sido un “dudoso error”, mientras que para Dos Passos el fusilamiento era una verdadera ofensa. La discusión nunca llegó a un buen término. Cabe pensar que precisamente Nunca nadie muere nada pueda tener atadura sentimental con la muerte de José Robles. El argumento del cuento habla de un revolucionario que demasiado tarde logra escapar de una trampa pero acabará acribillado (¿fusilado?) en un descampado, envuelto por las luces de reflectores que lo perseguían y aferrado a los brazos de su amante María. Un texto pasional, romántico, con el héroe martirizado. También para esta fecha está latente el documental The Spanish Earth y los acontecimientos de la Guerra Civil Española, un verdadero coctel de emociones.
Es bueno releer la historia y quitarle el polvo a este cuento que tiene lo mejor de Ernest Hemingway.
LA PIPA DE HEMINGWAY EN LIBRERÍAS CÚSPIDE.
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