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Monday, September 15, 2014

LOS NIETOS DE HEMINGWAY



Pasan los años, la vida sigue, nada detiene al tiempo y en ese devenir siempre una historia se apodera del relato.

Dicen los que saben que siempre los nietos terminan la obra de los abuelos, así me lo contaba una anciana cubana que conocí en La Habana. Ella me hablaba de la Revolución, y con un gesto de grandeza me decía que sus nietos vivirán mucho mejor que ella.

¿Los nietos de Hemingway, estarán incluidos en estos beneficios? Creo que sí. John y Patrick como representantes de la familia llegaron hasta Cojímar para rendir tributo a su abuelo, al cumplirse 60 años del reconocimiento al norteamericano por el premio Nobel de Literatura. Llegaron hasta allí en yate, como su abuelo, rodeados de  una decena de botes de pescadores que habían zarpado desde el Club Náutico Internacional Ernest Hemingway, al oeste de la Habana.





“Este es un día muy emocionante, estar aquí con el pueblo de Cojímar es algo personal, familiar, también yo creo histórico”, dijo en español John, de 60 años, a unas 200 personas que se congregaron en la pequeña ensenada para recibirlos.

"Esto se siente muy fuerte porque me une con mi abuelo, su amor por la pesca y su amor por Cuba", dijo John Hemingway.

"Creemos que es de vital importancia que ambos países trabajen juntos en esto. Tanto ellos como nosotros utilizamos esta agua", agregó.

“Es increíble estar aquí, en ese lugar que mi abuelo amaba tanto. Ahora lo entiendo porque la gente es maravillosa”, comentó John emocionado hasta las lágtrimas.





Los yates Sea Bon, Edward J, Tad Release y Sofía B, que trasladaron a la comitiva, lo hicieron simbólicamente bajo las banderas de Cuba y Estados Unidos, dos países sin relaciones desde 1960.

Iniciativas como ésta “puede llegar a cosas muy bonitas para Estados Unidos y Cuba”, dijo John al lado de su hermano Patrick, de 48 años. Ambos residen en Canadá y son hijos de Gregory Hemingway, fallecido en 2001.

En Cojímar, Ernest, fondeaba su yate “Pilar” a cargo de su patrón Gregorio Fuentes (1897-2002), quien residió en esta localidad hasta su muerte. La festividad actual también celebra los 80 años de la compra del yate.

La emblemática embarcación ahora reposa en un dique seco en Finca Vigía, la casa donde Hemingway pasó sus mejores años en Cuba.

Tras el suicidio del escritor en 1961, sus amigos pescadores de Cojímar, que lo llamaban “Papa”, recolectaron pedazos de ancla y otros objetos de bronce y le mandaron a fundir un busto, instalado el 21 de julio de 1962 a orillas de la ensenada.

Acompañados por pobladores, John y Patrick depositaron un ramo de flores frente al busto, bajo una pérgola de un pequeño parque.

Osvaldo Carrero Piña, de 78 años, “Ova”, recuerda cuando trabajó en la filmación de la película “El Viejo y el Mar”, en 1958.

“Yo conocí muy joven a Hemingway, bastante joven, yo tendría unos 13 o 14 años, y después fuimos estrechando la amistad”, señaló este hombre delgado, de piel curtida, que ahora se protege con una gorra del inclemente sol cubano.

Recordó la fiesta que le dio el escritor a sus amigos pescadores al final de la filmación, en la cual había varias personas ajenas.




“Y él dijo que si esa fiesta era de magnates o de pescadores y el único que se pudo quedar en la mesa fue Manolo Ortega (presentador de la televisión)”, contó.

Mario Alonso, de 85 años, narró como cuando atracaba “El Pilar”, los muchachos de Cojímar ayudaban al escritor y a Gregorio a preparar los pescados. “Nos daba una peseta (20 centavos) a cada uno y a veces pedazos de aguja”, dijo.

John contó a la prensa que es aficionado a la pesca y a la escritura, mientras que Patrick es fotógrafo profesional. Viven en Montreal y Vancouver, respectivamente y han visitado varias veces Cuba.

Tras el acto de recibimiento, la comitiva caminó hasta el restaurante “La Terraza”, a orillas del mar, donde Hemingway solía comer con Gregorio y la última de sus cuatro esposas, Mary Welsh.

“Su mesa preferida de la Terraza quedó reservada por siempre para él”, dijo la historiadora de la localidad, Gilda Rodríguez.

En el restaurante, hay fotos del escritor colgadas de las paredes, una de éstas con el líder cubano Fidel Castro, a quien conoció personalmente en 1960. Castro lo ha señalado como su escritor preferido.



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