La bisnieta de Ernest Hemingway creció en el rancho familiar, en Idaho,
y, ya de bastante pequeña, acompañaba a su madre, Mariel, a los sets de rodaje.
Pronto supo que lo suyo era actuar, aunque, con 5 años, se decantó por el
ballet y, hasta los 20, danzó con devoción. Luego probó suerte como modelo y
como intérprete, dos profesiones que ha ido alternando con otras facetas, como
la de diseñadora de moda..., y con alguna que otra época de rebeldía de la que
ahora se ríe cuando le preguntan.
Su tía, Margaux Hemingway, fue la primera modelo en cobrar un millón de
dólares como rostro de un perfume.
"Para mí, es un icono y una de las mujeres que más
me han inspirado. Era verdaderamente interesante, los que la trataban aseguran
que desprendía luminosidad y glamour por todos sus poros. Y eso chocaba con su
forma de expresarse: ¡parecía una camionera! Muy de nuestro Idaho natal... Me
encantaba ese contraste; derrochaba naturalidad, decía lo que pensaba, a veces,
sin medir sus palabras. Era sociable y le gustaba crear imágenes.
Yo empecé bailando en Nueva York, Washington...
Sigo practicándolo como hobby. Lo dejé por elección propia: no deseaba centrar
mi vida en la danza. Prefería explorar otras opciones y plantearme retos.
Cuando abandoné el baile, me apunté a clases de
interpretación. Para actuar, debes conocerte y haber tenido bastantes
vivencias. Aprendí un montón sobre mí misma como modelo, aunque mi pasión está
delante de la cámara.
Mi apellido, al inicio, me abrió puertas, pero te
diría que fui yo quien más se presionó con el tema. Siempre he querido que la
gente vea en mí a Dree y no a una Hemingway."
Como
"un marimacho con una pizca de feminidad". Así se presenta Dree. Y
es que después de nueve años en la industria, la otrora rubia decidió renovar
su look, cortar
su pelo y estrenar una calvicie rebelde, con el fin de eliminar sus
inseguridades. "Mi pelo era mi
mantita de seguridad, pero también mi aspecto más
femenino. Se había llevado todo mi lado masculino y me había vuelto delicada.
(Ahora) Ya no me comparo con las otras
chicas, algo que solía hacer un montón. Me ha hecho darme
cuenta de cómo trataba a mi cuerpo, porque ahora ya no me puedo esconder detrás
de un peinado", explicó a comienzos de septiembre, después de desfilar
para Sies Marjan, en París.
Pese a
ello, el estilo de Dree siempre ha sido diferente (y, en ocasiones, hasta
excéntrico). Y es que su misma trayectoria ha sido una verdadera caja de
sorpresas. La maniquí -bisnieta de Hemingway y primogénita del documentalista
Stephen Crisman- se introdujo en la industria del entretenimiento desde su
primera infancia. "Crecí
en los sets de las películas de mi madre. Desde temprana
edad supe que actuar era lo que quería hacer", comentó en 2009 al Daily Mail.
No
obstante, su carrera no comenzó ante las cámaras, empezó con el ballet. Una
disciplina que desarrolló entre los cinco y los 20 años y que incluso la llevó
a dejar su casa en California para entrenar en Washington con Suzanne Farrell,
la mejor 'ballerina' de Norteamérica. Aun así, jamás dejó de interesarse por una
potencial carrera en las páginas sociales.
Sin
embargo, su primer gran paso en el mundo del modelaje fue cuando, en
2009, posó desnuda para V Magazine y declaró que
no estaba interesada en su bisabuelo. En lo absoluto. "(Sus libros) son un poco
depresivos. Y puede que prefiera a su amigo F. Scott
Fitzgerald", afirmó. A pesar de lo anterior, nunca ha negado que ha sido
su ADN, el que le ha entregado oportunidades en el universo del cine.
Fue en 2001
cuando Hemingway comenzó a realizar pequeños papeles en películas
independientes. Pero en 2012, logró dar el gran salto y protagonizó la
cinta Starlet, donde interpretó a una joven actriz porno que
divide su tiempo entre la industria erótica y el fumar marihuana como hobby. Dos instancias sobre las
que Dree tiene fuertes posturas.
"Chicas,
(mis recomendaciones son) pasadlo bien, liadla, coquetead. [...] Aunque yo
nunca tuve la necesidad de ser una chica rebelde. Mis padres siempre fueron del
tipo 'si quieres beber, bebes y si quieres fumar hierba, la fumas'",
declaró en 2014 a The
Cut. Asimismo, no
tuvo problemas para aproximarse al mundo del porno... en
pos de realizar un mejor trabajo actoral. Esa es precisamente una de las
razones por las que Playboy le
ofreció ser la playmate,
en 2016. Aunque Dree no fue cualquier conejita, sino que la primera modelo que
posa "tapada" para la portada de la revista.
De la misma
forma, Hemingway no tuvo miedo a desvestirse para las páginas interiores. Todo
en afán de demostrar que poco le importan las opiniones ajenas. "(No dejo
que mi legado me defina), mi apellido no es más que una anécdota en mi carrera.
No dice nada sobre mí", afirmó entonces. Pero en cada una de las
entrevistas suele repetir que "jamás intentaría escribir nada" porque
"sería ridículo" y se avergonzaría de sí misma. "Si lanzara un libro, cada crítico
me destrozaría", dijo a The Hollywood Reporter, hace cinco años.
A pesar de
ello, la crítica ha sido muy generosa con cada uno de sus trabajos actorales.
De hecho, en 2012, The
New York Times alabó su actuación en Starlet y este año, Indiewire aseguró que su
última película A
Relationship -estrenada esta semana- "se encuentra sobre
el promedio". Es
por eso que Hemingway no se detiene. Cuenta con dos
proyectos hasta 2019 y, según sus redes sociales, no existe motivo para sentar
cabeza cuando se trata de desarrollar sus talentos.
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