Thursday, September 06, 2012

EL BORRACHO SEXAGENARIO, LA NAVE DEL OLVIDO Y EL VINO DE LOGROÑO.






Estaba todo listo para subir el último posteo de LA CALDERA DE PIGGOTT cuando las noticias se precipitaron.¡¡¡ Malditas novedades !!!. Como en las redacciones de los diarios, el editor debe cerrar el sumario priorizando la mejor información y, en rigor, no puedo dejar de lado mi condición de periodista. Ustedes podrán decirme que al tema de Piggott hay que darle un final, estoy de acuerdo, pero resulta que ese librito que todavía no sabemos si es una novela corta o un cuento largo llamado EL VIEJO Y EL MAR, acaba de transformarse en sexagenario.




Y a un sexagenario se lo respeta, se lo saluda con cortesía, se le brinda el asiento en el bus, se le cede el paso…en fin: se lo mima; y entonces este cronista que ya es sexagenario, les dice a las nuevas generaciones que ese texto es una obra maravilloso, que esa novela es nada más, ni nada menos, que el propio Hemingway y que sin demorarse… corran a comprarla y obséquiensela a sus  hijos, nietos, amigos, compañeros, enemigos y demás deudos.




El 1ro. de setiembre de 1952 la revista LIFE comete la locura de publicarla y de ahí en más, un aire fresco y renovado en la vida de ese borracho malhumorado. Pero aquí no termina la cosa, este es un dato de color, hay temas más importantes recita la vecina de mi barrio mientras me saluda sin saber quién soy.¡¡¡Claro que hay noticias más importantes!!!, me digo. Mi amigo Hernán Balderrama, el capitán de la Miss Texas, el escritor que dialoga con el mar en el Perú, me confesó que esa mítica embarcación que tiene amarradero en el puerto del Callao, vuelve a Cabo Blanco. Balderrama la había comprado hace ya muchos años porque sabía su historia.




La Miss Texas fue la nave que utilizó Ernest Hemingway cuando pasó 35 días en Cabo Blanco tratando de pescar el merlín gigante que lo consagrara como el gran pescador de todos los tiempos, y en esa caleta donde se filmó parte del film EL VIEJO Y EL MAR aquel Hemingway ya encabronado repartió insultos y frases envenenadas que hasta la propia Mary Welsh no pudo resistir.


Hace un año atrás, este loco escribiente y un grupo de aventureros de igual calaña, decidimos subirnos a la nave y Hernán Balderrama, con paciencia franciscana, nos contó toda la hazaña marítima. Pero resulta que ahora la Miss Texas se vuelve a Cabo Blanco y regresa para ser nuevamente la princesa deseada, la doncella maquillada que alborotará a cientos de turistas que escucharon hablar de ese escritor norteamericano de barba blanca. La Miss Texas -que también es sexagenaria- fue vendida a el grupo peruano Inkaterra, quien prevé iniciar el próximo año la construcción de su hotel en Cabo Blanco, en la provincia de Talara (Piura).

José Koechlín, el presidente del grupo, advierte además que tiene organizado la ruta del merlín y para ello rescató la Miss Texas, para que los pescadores y turistas vuelvan a repetir las hazañas de Hemingway. 

Y cuando estoy tratando mostrarme sereno, porque todo esto me descontrola, me avisan desde Logroño que el libro con los 12 relatos finalistas del concurso Tinta, sangre y vino organizado por las Bodegas Paternina, ya está listo.


Entonces salto de emoción, me levanto abruptamente de la silla, me choco con el escritorio y hago volar la taza de café colombiano todavía caliente. Reniego de mi torpeza y es peor, no advierto que las hojas de mi novela ya están empapadas, totalmente amarronadas, listas para el cubo de residuos.

Volvamos a empezar. Tres hechos que me obligan a pedir disculpas y decirles que Piggott no está tan lejos. Esperen, todo pasa.