Wednesday, April 30, 2008


ACOMPAÑANTES TERAPÉUTICOS (SÓLO HUMANOS)

La reunión finalizó a las tres de la madrugada. Demasiado angustiante, demasiado accidentada. René y Tessie firmaron el acuerdo para hacerse cargo de Daniela por seis meses. Su recuperación podría llevar un año y los resultados dependerían de una rehabilitación extrema.
El departamento que René había comprado como oficina de negocios en Plaza San Martín, pasaría a transformarse en residencia hospitalaria. Tessie se instalaría allí al cuidado de Daniela y René las visitaría tres veces por semana. Simoneta, la madre de Daniela, llegaría en 15 días y se quedaría con Tessie para ayudarla.
El panorama con el rockero Antonio es distinto. Lucy derivó toda su responsabilidad al grupo de amigos. En consecuencia, a la cabeza del operativo se puso el doctor Silva y los socialistas se comprometieron a no bajar los brazos.
Nuestras historias cotidianas cambiaron. Apareció la crisis. La inmadurez de un adolescente tardío como Antonio nos puso a prueba sobre ese discurso armado de la solidaridad. Había que dibujar el mapa, el nido, la choza en la isla desierta. Durante un largo tiempo cada uno deberá verse reflejado en el otro y aquellas peleas mezquinas y torpes, baratijas de un mercado persa en el conurbano, quedarían relegadas y sin crédito, sin operación bancaria, sin efectivo. En medio de este pantano recordé aquella historia de Hemingway cuando en Key West se metió a voluntario después que un maremoto arrasara la isla y asocie nuestro gesto a otra acción casi olvidada del norteamericano; cuando compró ventiladores y una heladera para los internos del leprosario en Cuba. Y ahora que estoy con el recuerdo a flor de piel, también rememoro ese mayo de 1933. Jane Mason sufrió un accidente automovilístico, en el rodado viajaban su hijo adoptivo Anthony y Bumby y Patrick, los hijos de Ernest. Ella deprimida intentó suicidarse arrojándose desde un balcón. Lesionada en la espalda tuvo que usar un corsé ortopédico por un año- algo parecido le sucederá a Daniela-,enojada y borracha solo trató de negar que iba camino a ser una discapacitada.
Con el rockero Antonio nos espera otra suerte. Reuniones terapéuticas donde el espacio grupal no será gratuito. No lo veo al “mosquito” de enfermero, ni a Aurelio lleno de cordura, menos aún al peluquero Matarazzi tratando de integrarse al diferente. Habrá que colocar un plasma gigante en el centro del cuarto, llevar unas películas pasatistas, sumar termo, mate y paciencia, la eterna paciencia, la noble paciencia que se nos escapa porque creemos que los héroes no están en las pantallas y los inmortales no duermen en los cementerios.

Friday, April 25, 2008


MADRUGADA DE ROCK EN HARLEY DAVIDSON

Sucedió lo esperando, no lo deseado. Pasó lo que tenía que pasar. Aurelio García lo había pronosticado con su frase sencillamente exacta: “rockero viejo, termina preso”.
Antonio sumó demasiado “pasto”, excesiva cerveza, algunas pastillas para activar el sexo, la bebida energizante que en estos casos nunca ayuda y la desgracia de una llovizna irritante que dejó el asfalto como pista de aterrizaje. Todo sirvió para el cálculo y el comadreo final: “Motoquero internado en estado reservado y acompañante femenina en cuidado intensivo”.
Mi teléfono cantó a la siete de la mañana. Tessie ya estaba en el Hospital Fernández y Lucy venía en camino. Esa noche se fueron de “Tío Pascualito” a una fiesta en Martínez. Volvían por Avda. del Libertador cortando semáforos. A la altura de Tagle se cruzó un taxi y Antonio, sin reflejos, quiso hacerse el héroe. El móvil policial avisó al SAME y desde el Hospital la llamaron a Tessie. Testigos: un encargado que se disponía a lavar la vereda y el dependiente del quiosco de diarios. Ambos coincidieron. La Harley Davidson tragó al taxi.
Decidí esperar. Los hospitales me deprimen. Ya había perdido el sueño. Desde la noche tenía en mi mente el trailer de la presentación del libro del norteamericano Craig McDonald. Dura un minuto dieciocho segundos. Es un video con imágenes de Hemingway, Fidel Castro, Orson Welles, Rita Hayworth, la Guerra Civil Española, el Surrealismo, Key West. Las imágenes se disparan para promocionar el libro no publicado Toros y Torsos que saldrá a la venta en setiembre.
Victoria se hace cargo del nuevo parte médico. No lo quiero escuchar. La más comprometida es Daniela. “Papá es grave”, sentencia llorosa. Tessie anuncia que Antonio debe ser operado en dos horas. Me comprometo y llamo al hermano de Daniela, el que vive en TriBeCa. Quiere saber si es necesario viajar. “Sí, yo en tu lugar tomaría en primer vuelo”, respondo. Le ofrezco mi departamento para alojarse. A las 12 el informe médico nos dejará calados de dolor. No sabemos como cierra esta historia, como termina la película. Todo me recuerda a Pappo Napolitano. Lo estoy viendo a Moris. La cámara muestra la imagen patética del la Harley Davidson destrozada. La estúpida movilera dice lo que no sabe pero sabe que tiene que decir que la pareja estaba drogada. La madrugada se quedó sin un blus y el rock, a pesar de los años, sigue vivo.

Wednesday, April 23, 2008


GUIDO, PADURA, VASQUITO, DANIEL Y AVANT-GARDE

Hace bastante tiempo que no tenía noticias de Guido Guerrera. Este fin de semana mi amigo me sorprendió con un breve texto donde dice que el prologuista de su libro Paseando con Papa Hemingway, el cubano Leonardo Padura Fuentes presentó en Italia, el 19 de abril, su nuevo libro “La Nebbia del Passatto” (Tropea Editor). Padura tiene un interesante trabajo llamado Adiós Hemingway que lo recomiendo. Se trata de un policial y el nudo de la obra es la aparición de un muerto en la residencia de Ernest Hemingway. El encargado de la investigación es el policía cubano Mario Conde: “Pero es que va a pasar algo con Hemingway. En la finca apareció un cadáver. Los huesos de un hombre que mataron hace cuarenta años. Le dieron dos balazos…” Prefiero que ustedes se metan con la obra. No quiero ser yo el que los seduzca sino el texto. Padura como muchos escritores latinos es más reconocido en Europa que en Hispanoamérica. Me da mucho gusto que Guido lo promueva porque su obra es muy aguda.
Paso ahora a contestarle al Vasquito que está obsesionado con el cangrejo blanco del libro Islas en el Golfo. En la tercera parte -En alta mar-Hemingway dice:
“Un cangrejo, de color blanco oscuro, se echó atrás y levantó las pinzas hacia él.
-¿Tú llegas, muchacho?-le dijo el hombre-. Pues yo me voy.
El cangrejo se mantuvo firme, levantando las pinzas en alto, con las puntas agudamente abiertas.
-Te estás poniendo muy insolente-le dijo el hombre.
Volvió lentamente el cuchillo a su vaina y la cuchara al bolsillo. Luego pasó el puñado de arena que contenía las cuatro balas a la mano izquierda. Se limpió la mano derecha cuidadosamente sobre los shorts. Sacó entonces la bien aceitada Mágnum calibre 357, oscurecida por la transpiración.
-Todavía estás a tiempo-le dijo al cangrejo-Nadie te culpa. Te estás dando el gusto y cumpliendo con tu deber.
El cangrejo no se movió y las pinzas seguían en alto. Era un cangrejo grande, de casi treinta centímetros de ancho y el hombre le pegó un tiro entre los ojos y el cangrejo se desintegró.
-Estos malditos 537 son difíciles de conseguir ahora, porque los del F.B.I, que eluden el reclutamiento, los necesitan para cazar a los que eluden el reclutamiento-dijo el hombre-Pero hay que disparar un tiro de vez en cuando, para saber cómo está la puntería.
Pobre cangrejo, pensó. Lo único que hacía era ejercer su oficio. Pero debió haber seguido adelante”.

El Vasquito interpreta que esa situación del cangrejo y el hombre no es otra cosa que la lucha interna de Hemingway contra su enfermedad. No coincido. Ernest no peleaba contra sus malestares, era un perverso, los desafiaba, rivalizaba, pero en ese combate no hacía otra cosa que mostrar su fragilidad. No había en él un amor-odio era un amor-miedo que es otra cosa. Esta idea también sirve para refutar al amigo cubano Daniel Fernández que en su artículo para el Nuevo Miami Herald.com, acusa: “El escritor Ernest Hemingway mandó a disecar uno- caguayo verde-en su finca La Vigía en San Francisco de Paula, Cuba, por la lucha que le había dado a un gato ,aunque el felino terminó liquidado. Vaya gracia del señor Hemingway”.
En este episodio se advierte que Hemingway actúa como provocador según Fernández. No es así. Lamentablemente el autor no cuenta la versión exacta. Puede ser que sea por desconocimiento. Lo real es que el gato, tres días después murió víctima de una infección generalizada atribuída a la mordedura del caguayo. Hemingway enterró a su gato y pidió disecar al reptil en reconocimiento a la despareja pelea. La pregunta es:¿Hemingway gozaba con esto?.Respuesta:no. “Hem” no puso al gato y al caguayo sobre el ring. En el reino animal estos enfrentamientos son frecuentes. La participación del novelista lo mostró con todo su bagaje de debilidades que seguramente quebraron la conserva cultural interior y el amor-miedo jugó su mejor partida.
Dejo para el final el comentario de
avant-garde@gmal.com
“Tu blog es una antigüedad. Ni una foto, ni un enlace, ni un comentario, ni un video. Los buenos blogs tienen feed, RSS, Ping. El tuyo es muy precario. Te aconsejo salirte de Blogger y mandarte a Typepad o Goddaddy”.
Contesto: Avand-garde es vanguardia. Siempre pensé que las vanguardias son reaccionarias. Avand-garde, palabra afrancesada, es un término aplicado a los movimientos estéticos y culturales “avanzados”. La pipa de Hemingway no es ni reaccionaria ni innovadora. Es una herramienta, un soporte que me sirve para difundir ideas propias y ajenas sobre el cabrón de Ernest Hemingway. Si te gusta el tiro (escopeta Boss, calibre 12, dos caños)seguí entrando. Si te disgusta: Adiós a las armas. Au revoir.

Friday, April 18, 2008


EL PELUQUERO, EL PERIODISTA Y LA QUINTA COLUMNA

En “Tío Pascualito” se metió Daniela. Parece que la corresponsal de Vogue en Milano dejó Europa y se vino a fermentar en una cantina burda donde ciertos melancólicos tránsfugas juegan a ser pensadores de cartón pintado. Es sumamente extraño que la amante del cine francés se anudara a un trasnochado y más inexplicable aún que se pusiera a camarera de un boliche apestoso. Quien la domó en carrera no fue otro que el desbocado rockero Antonio, devenido a empresario y gerente que, sin ningún problema y después de fumarse una "ramita", le demandó a Lucy que recibiera a la española como socia. Como si fuera poca la conmoción en el condado, se sumó al grupo la emperrada de Tessie, quien cansada de cuidar a su nieto Oliver-ya va para 10 meses-voló bajito hasta la ratonera gastronómica.
El peluquero Matarazzi, con buen criterio, me llamó por teléfono para contarme la fantástica realidad y manifestarme su preocupación porque entendía que los almuerzos se suspenderían momentáneamente por obvias razones. Convinimos en encontrarnos para establecer un plan de emergencia fuera del bodegón y así no molestar al resto de los socialistas. Decidí citarlo en el café de Loria y Rivadavia. Matarazzi estuvo de acuerdo conmigo en que "Tío Pascualito" se había transformado en un lugar donde ya no podríamos conversar con tranquilidad. Para colmo, el rockero que estaba enamorado de Daniela no iba a ponerse de nuestro lado y las mujeres, por su parte, condicionarían nuestra libertad haciéndonos cumplir ciertos rituales de hombres de bien. “Somos anarquistas y arrogantes, no majaderos ni papanatas”, trituró el peluquero. “Mi propuesta es que nos agrupemos en mi negocio hasta tanto se decida cuál será el nuevo comité”, sentenció ¿En la peluquería…le parece Matarazzi?. “¡Cómo no, nadie nos jode, nadie nos molesta, nadie nos observa…! Yo preferiría un ámbito distinto, un club...un café. “Lo que pasa es que ya no hay lugares para hombres”. Lo sigo, Matarazzi. “Mucha lesbiana, mucha vieja apendejada, mucha mina empastillada, mucho puto, mucho perfume a marica”. Matarazzi, usted se parece al primate de Antonio que se persigue con los homosexuales. “Mire Gatti, antes a la peluquería venían los tipos a cortarse el pelo y afeitarse. Ahora se hacen las uñas, se depilan, piden claritos, crema suavizante y el teléfono del chongo que está en el masaje” Matarazzi, la sociedad cambió, no es tan hipócrita, nadie se asusta por una pollera corta o una bragueta abierta, antes una teta la veía en el cine, ahora se la ponen sobre la mesa y nadie discute si es un pecho, una mama, un seno: es ni más ni menos que una teta. “Entonces decida usted por el resto, pero recuerda que los muchachos tienen malas pulgas”¿Qué le parece el club Valencia? “¿El que está en Río de Janeiro y Díaz Vélez?" Sí, ahí tengo un amigo que nos va a reservar una mesa y nadie no nos va a molestar. “Yo me encargo del avisarle al resto, ah… ¿qué hacemos con el rockero?”. Se lo invita como siempre, seguramente va a estar más a gusto que en "Tío Pascualito".
Lo despedí a Matarazzi y me quedé pensando en la actitud machista de mis compañeros de cátedra. Propia de una generación de malentendidos y confusiones. Pero ahí no termina la cosa. Me sigo preguntando qué hace Tessie en esa cantina y cómo la suplente de Mariel se degradó por monedas. Suena el celular. Es Tomás Jouco, el periodista español que suele visitar Cuba con frecuencia y quien me dijo que debería concurrir al Coloquio en La Habana. Está de paso porque su vuelo que debería haber aterrizado en Montevideo, por causas no aclaradas, pisó tierra en el aeroparque de Buenos Aires. Tiene poco tiempo, el suficiente para contarme que en Nueva York asistió a la puesta en escena de La Quinta Columna, dirigida por Jonathan Bank. La sala del teatro Mint tiene capacidad para cien personas y casualmente para el estreno estuvo Patrick Hemingway, quien dijo: “No puedes esperar que Hemingway pudiera descender de los cielos y escribir una obra maestra como Ricardo III o algo así”. Claro está que Ernest, que escribió la obra durante una ofensiva en el Hotel Florida de Madrid en 1937, cuando la ciudad estaba destrozada, no pensaba lo mismo: “Si no es una buena obra, quizá eso es lo que pasa. Si es una buena obra, quizá esos treinta y tantos proyectiles ayudaron a escribirla”. La obra es la historia del corresponsal Phillip Rawlings, que trabajaba como agente secreto para el bando republicano y una escritora llamada Dorothy Bridges.
Cuando le preguntaron al director su opinión sobre La Quinta Columna, Bank sentenció: “He descubierto que la gente odia o ama esta obra. Puedo entender la frustración de que es o una historia de acción y aventura que tiene un molesto romance en el medio, estorbando a la acción, o es una comedia romática con un final insatisfecho”.
La señora de Jouco lo reclama. El vuelo a Madrid ya fue anunciado. Tomás me promete mandarme un mails. Ya apurado me pregunta:¿Y Daniela?. Eso es otra novela.

Tuesday, April 15, 2008


FUSTER NO HABLES DE ESPÍAS

Brian Fuster está nuevamente en Venecia. Desde allí me llama porque quiere degradarme sanamente. Su condición de norteamericano le permite sentarse en el Harry’s Bar , pedir martinis a su antojo, ordenar los platos más sofisticados y gozar de un descuento del 20% ofrecido por la empresa a los “pobres norteamericanos” que sufren el dólar débil y la crisis de no poder “gastar” en Italia y el resto de Europa. Esto queda confirmado por el Departamento Nacional de Turismo Italiano que dijo: “la fuerte devaluación del dólar en comparación con otras monedas, motiva las señales de recesión que actualmente provoca un gran obstáculo para los estadounidenses en Europa”. Brian agrega que la caída de clientes en el Harry’s Bar es preocupante y cuando un turista se sienta a la mesa los camareros aplauden. Pero esto es una anécdota. En verdad Brian me golpea con una noticia que debo chequearla porque a mí también me sorprende: El beisbolista Morris Berg –Moe- fue espía de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial y se le encomendó asesinar a un científico al que le encargaron construir la bomba atómica para los nazis. En 1934, Berg fue uno de los seleccionados para la gira que el equipo de las Estrellas de la Liga realizó a Japón. En tierra nipona Berg filmó la planta de producción de buques y ese material se lo entregó a la Oficina de Servicios Estratégicos (0SS) precursora de la CIA, como así también otros films que serían fundamentales para los bombardeos que el gobierno de Franklin Roosevelt realizó sobre la isla. La mayoría de los jugadores cree que su inclusión en el equipo fue un arreglo, dado que Moe no parecía tener categoría de genio. La recorrida secreta de Berg lo lleva también a Yugoslavia, Francia, Noruega y Suiza. Brian tiene referencia que Morris Berg estuvo con Hemingway en más de una oportunidad. Me pregunta si yo sé sobre el particular y en verdad, no tengo respuesta. Me inclino a pensar que no, pero si alguno aporta datos, bienvenidos.
Le respondo a Brian Fuster que se coma un carpaccio y brinde con un garibaldi por el binestar de los norteamericanos pobres.¡¡¡ Saludos a Scott Fitzgerald y a Truman Capote !!!

Thursday, April 10, 2008

ROSEBUD, LOS GAY Y EL ROCKERO

Daniela es amiga del chef Nahuel Pomponio quien tiene a su cargo el Axel Kitchen, el restorán del primer hotel gay de Buenos Aires. Como relacionista consiguió reservar una mesa para seis personas antes que Nahuel cambiara la carta de sabores frescos. Traté de mantenerme alejado de la anfitriona. Tuve suerte al sentarme en la cabecera. A mi izquierda se ubicó René y a la derecha Pierette. El joven que nos atendió se presentó como Mauro y nos dijo que el menú era producto de la estación. Nos recomendó ensalada de ananá y palta con hojas de mostaza verde, albahaca y almíbar de remolacha. Luego el atún rojo con cous cous de frutas y jengibre. De postre chocolate negro con pimienta rosa y jalea de piña.
El rockero Antonio parecía molesto en el lugar. Sin ningún atenuante rezongó: “Yo no puedo estar al lado de tanta mariquita”. Daniela trató de decirle que este era un espacio distendido donde se podía andar en libertad. “Pero está lleno de putos que caminan de la mano y se dan besitos y de minas tortilleras”, criticó. Tessie que ya es una activista con medalla de mérito, levantó la bandera gay y proclamó: “¡Si te moleste…andate, aquí no se discrimina!”
El rockero Antonio terminó su copa de vino y eructó, después se levantó y a paso tranquilo y gritando ¡¡¡¡ maracas ¡!!, se fue. El rugir de la Harley Davidson fue su seco adiós.
Al principio no me di cuenta pero la partida del rockero cambió la estrategia. Daniela comenzaba a buscarme con la mirada y Victoria parecía actuar de celestina. Nunca mejor aquello de “soldado que huye sirve para otra guerra”. Al primer hueco me justificaba y saludaba. Por suerte no fue necesario escaparme. René me preguntó si había visto Rosebud. Sí -le respondí- un thriller malísimo dirigido por Otto Preminger y escrito Paul Bonnecarrere y la nieta de Hemingway, Joan Hemingway. Se acuerda de los protagonistas - me prueba-.Claro-afirmé- Peter O’Toole, Isabelle Huppert, Richard Attenborough. Me interrumpe: ¿la historia? Un agente de la CIA tiene que rescatar a cinco jóvenes ricos secuestrados por terroristas de la Organización de Liberación Palestina. Las víctimas, entre la que figura la hija de senador…Donovan-dice René-están ocultos en el yate “Rosebud”.¡Muy bien!...¿quiere verla?.¡Sí, me encantaría! le respondí para cortar con la cena que no ofrecía ningún placer. Secuestro, terrorismo, senadores, espías, Hemingway, como si fuera hoy y es de 1975-razona Pierette-
Dejamos el hotel gay de la calle Venezuela al 600 y tomamos un taxi para el departamento de Puerto Madero. El conductor nos miró y se sonríe porque nos identificó como pareja. René me pregunta: ¿gracias a Hemingway nos escapamos?¿A Hemingway, a Joan, al rockero, al yate a la CIA?,respondí.

Tuesday, April 08, 2008


NO ES PAÍS PARA LOS VIEJOS

La novela de Cormac MacCarthy sobre la que los hermanos Cohen realizaron el guión de la película Sin lugar para los débiles, donde Tommy Lee Jones protagoniza a un sheriff abatido por los años, nada tiene que ver con el proyecto del actor/director sobre Islas en el Golfo de Ernest Hemingway. Digo esto porque recibí varios mails que confundieron una cosa con la otra. Algunos hasta se atrevieron a encontrarles parecidos: “Ese rostro tristón y melancólico”, “esa forma silenciosa al mirar” y en verdad, todo se debe a que siempre tratamos de buscar similitudes para confirmar nuestros pensamientos.
Jones y Thomas Hudson (Tommy) no admiten comparaciones. La vida del artista plástico que en la década del 30 en las Islas de Bimini estaba programada para llevar un trabajo disciplinado, se ve sacudida por la llegada de sus tres hijos quienes sólo acuden en plan de vacaciones y logran cambiar la rutina del pintor.
El Hudson que en Cuba interviene en actividades submarinas secretas y en donde la figura de una prostituta maravillosa llamada Honest Lil -¿Quién la protagonizará?- se lleva los laureles, tendrá que sacudir mucho al espectador de la sala para no caer en lo caricaturesco del norteamericano pedante. Y la última parte En alta mar, donde Thomas a bordo de un barco mercante se empeña en cazar a los sobrevivientes de un submarino alemán, deberá ser muy ágil porque con esto Tommy Lee Jones se juega su cabeza.¿Y la música?¿Los escenarios naturales?
Personalmente estoy acorralado. La obra literaria es de tal riqueza que me permite reexaminar el texto sin ataduras. La obra cinematográfica por ahora no la imagino y por lo tanto me limita.
Tal vez esté un poco como el sheriff en un país que no es para los viejos.

Friday, April 04, 2008


LAS ISLAS DE TOMMY

“Una buena película tiene que ser interesante, con un buen guión, un buen director, buenos actores, debe ser un buen negocio financiero y ser filmada en un lugar que les guste a mi mujer y a mi hija para que puedan estar conmigo en la filmación”. Así dice Tommy Lee Jones sobre el proyecto, todavía sin productor, del libro Islas en el golfo de Ernest Hemingway. No es una obra sencilla. No se arregla con una copa de agua de coco y bitter. Cada una de las tres partes del texto tiene su encanto. Siempre que se miró una obra de Ernest con el lente cinematográfico terminó siendo un fracaso. Al menos mi experiencia me lleva a pensar que los directores se enamoran del texto pero fracasan cuando tratan de ponerle realidad fílmica. Tommy Lee Jones es un hombre que conoce de literatura pero seguramente cometerá el mismo error que los anteriores directores. Islas en el Golfo ( Islands in the Stream) fue publicada en 1970 cuando el pobre Hemingway ya había dado el paso a la eternidad. Es un texto sumamente vivencial, repleto de hechos que le sucedieron al norteamericano, es una novela biográfica, detallista. Nada está puesto como agregado, nada es superficial. Esperemos. El libro todavía puede resistir al deseo. El libro aún habla por sí mismo.

Tuesday, April 01, 2008


EL ASESINO DE HEMINGWAY TENDRÁ MONUMENTO

Desde la aparición del libro ¿Qué le ocurrió a la calavera de Schiller? Todo aquello que usted no sabía del periodista alemán Rainer Schmitz publicado en setiembre de 2006, no fueron pocas las voces que se levantaron para denostar a Ernest Hemingway, porque el autor aseguraba que el norteamericano había confesado el asesinato de 122 prisioneros alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Yo decía por entonces que me llamaba mucho la atención que este libro se diera a conocer después del escándalo de Günter Grass. También afirmaba que Schmitz revolvía textos y cartas ya conocidas para recortar alguna frase impactante y alegórica y mostrar de ese modo a un Hemingway cruel, asesino y despiadado. Toda la mala fama que en cierta medida el propio Hemingway fue creando, también hizo dudar al alcalde de la comunidad de Schruns quien, hace dos años atrás, suspendió el proyecto de levantar un monumento al escritor, basándose en las acusaciones sobre los delitos cometidos por Hemingway contra prisioneros alemanes. Esta pequeña comunidad de Austria de 3.800 habitantes había sido un lugar de refugio del norteamericano durante los años 20. Allí Ernest pasó dos inviernos en la localidad de deportes invernales en el estado de Vorarlberg y también escribió varias de sus crónicas.
Hace unos días la historia cambió. Un dictamen de la Universidad de Hamburgo ante la presentación del Grupo de estímulo IG Ernest Hemingway Memorial, artífice del proyecto, determinó que los cargos contra Ernest Hemingway eran dudosos y que el informe final sostenía que las cartas a partir de las cuales se lo acusó a Hemingway por delito de guerra contra prisioneros alemanes de la Segunda Guerra Mundial “surgieron con toda seguridad del la fantasía del autor”.
Por lo tanto, desde el 30 de marzo, un busto de dos metros fue emplazado en el centro de Schruns en homenaje al escritor norteamericano.
Amigo Schmitz, el daño ya está hecho. Usted sabrá como remediarlo. Usted sabrá como pedir disculpas. Usted sabrá como callarse la boca.