Sunday, July 30, 2006


EL POETA HEMINGWAY

Los busqué hasta encontrarlos. Marcela Milano los había traducido. Tuvo la delicadeza de preservar el título en idioma original. Son una joya. Escritos en París, en 1923, cuando Hemingway era un vagabundo, cuando todavía no sabía que la vida iba a ser su mejor aventura.

MITRAGLIATRICE ( AMETRALLADORA )

Los molinos de los dioses muelen lentamente,
pero el molino
charla en un mecánico staccato.
Miserable, infame fantasía de la mente
que avanza sobre terreno difícil
y transforma esta máquina de escribir
en una ametralladora.

RIPARTO D'ASSALTO ( COMPAÑÍA DE ASALTO )

Tamborileaban con las botas los estribos
del camión,
botas clavadas sobre los estribos del camión.
Sargentos endurecidos,
cabos, llagas corporales.
Un teniente pensaba en una prostituta
de Mestre,
caliente, tierna y soñolienta prostituta
tibia, confortable y amable.
Frío infernal, amargo, horrendo viaje,
camino que serpenteando sube hasta
el Grappa.
Los Arditti sobre las monturas, rígidos
y helados,
orgullo de la patria, rígidos y helados,
hirsutos rostros, vientres embarrados
- la infantería marcha, galopan los Arditti -
Gris, frío, amargo, horrendo viaje
hacia pinos desventrados sobre las pendientes
del Grappa
hacia Asolo, donde murió la carga del furgón.

Arditti: Soldados pertenecientes a batallones especiales, seleccionados y adiestrados para los asaltos.

Friday, July 28, 2006

ENCUENTRO EN CAYO HUESO

"Hace año y medio se presentó en la puerta de mi casa en Cayo Hueso y dijo que había viajado desde el norte de Minnesota, hasta allí, pidiéndoles a los automovilistas que lo llevaran, con el objeto de formular unas preguntas sobre literatura a este corresponsal, que había regresado desde Cuba ese mismo día y tenía que despedirse de unos amigos que se iban en tren dentro de una hora. Mientras tanto debía escribir algunas cartas. Le dije al visitante que volviese al día siguiente por la tarde. Era un joven de gran estatura, aspecto serio, pelo hirsuto y manos y pies grandes.
Este corresponsal entiende que el oficio de escritor es mucho más serio que escribir estas crónicas mensuales, pero le desagrada hablar de ello con casi todos los mortales".
Tengo en mis manos Esquire,de octubre de 1935. Veo Cronica de Alta mar y destacado Diálogo con el maestro. Es el Hemingway intacto.Traducido por Norberto Fuentes. Me dejo llevar y continúo.
¿En qué consiste la diferencia entre buena literatura y mala literatura?
Buena literatura es lo que se escribe con veracidad. Si el hombre inventa una historia, ésta será verdadera en la medida en que él aporte su conocimiento real de la vida y la honestidad con que lo haga, de suerte que al inventar su historia ésta sea como podría existir en la realidad. Si desconoce qué es lo que mueve los sentimientos de los hombres y sus acciones, acaso lo salve la suerte o la fantasía durante algún tiempo. Más si continúa escribiendo acerca de lo no conoce, no hará sino faltar a la verdad y autenticidad. Tras cierto tiempo de hacerlo, no será capaz de escribir con honestidad.
¿Cuánto hay que escribir diariamente?
Lo mejor es suspender el trabajo cuando todavía todo marcha bien, y se sepa qué va a pasar a continuación. De esa manera nunca se atascará mientras esté escribiendo una novela. esto es lo más valioso que puedo decirle, así que procure no olvidarlo.

Wednesday, July 26, 2006


AFUERA UNA MUJER DE ROJO

Acaba de salir del Hilton. Camina segura, cruzando sus piernas como una modelo en la pasarela. La espera un Audi, con su clásico conductor vestido de traje negro y anteojos de sol, a pesar de estar nublado. Viste de rojo, de un rojo intenso, de un rojo que llama la atención al coordinador de los choferes de taxi. Es morocha, con un brillo en su cabellera que ilumina a los prefectos de la armada que esperan la hora del recambio. Avanza hasta que un hombre de camisa blanca la saluda. Ambos se ríen y señalan al interior del hotel. Después marchan hasta el automóvil. Suben y sin esperar destino, el conductor dispara como huyendo de la escena. Me queda la duda de saber de quién se trata. Pregunto al florista, me dice que es una extraña pasajera que noche a noche se encuentra con un grupo para bailar fox trot y escuchar jazz en la habitación 314. También participa un pianista que toca The long, long trail awinding. Por lo general consumen ponche de frutas y whisky irlandés. Me asombra como el florista sabe tanto de ella:"Es norteamericana, nieta de una señora llamada Winifred Sexton, creo que nacida en Kansas City".Vuelvo a casa. Todavía me sigue rondando la dama de rojo. Trato de asociarla con alguien pero todo es en vano. Me pongo a trabajar en mis traducciones sobre las crónicas de Hemingway y allí aparece ella, entre la guerra, el arte y el baile. Confieso que no es un sueño. Estaba escrito en el Kansas City Star, el 21 de abril de 1918.Temino de leer lo que no creo:"Después de que el último auto se marchó, la mujer caminó por la vereda húmeda atravesando el granizo y miró la oscura ventana del sexto piso".

Sunday, July 23, 2006

LANATA HEMINGWAY

A Jorge Lanata lo conozco desde cuando era un joven autosuficiente. Fue en 1982. La OEA ponía en marcha el proyecto del TREN CULTURAL y Jorge sería su coordinador. Eran momentos difíciles, estábamos en plena guerra de Malvinas y todos deseamos que nuestros muchachos volvieran a casa sin tantas heridas en el cuerpo y en el alma.
Poco tiempo después, Lanata funda el diario Página 12 con un grupo de periodistas e intelectuales, instalando en la Argentina una nueva forma de hacer periodismo. Desde aquella época son pocas las veces que volví a verlo. Lanata creció, se transformó en escritor y referente de toda una generación de comunicadores. Hoy está en Medio Oriente, en plena zona del conflicto, en Haifa, mirándome desde la portada del diario Perfil, con un anotador en la mano y el casco azul en la cabeza, con su barba hermigwayana y a su espalda un edificio destruído por los misiles Katiushas. No lo veo feliz, nadie puede estarlo pisando muerte, en ronda de gritos y llantos, en pareja con el sonido hueco de las explosiones. Lanata hoy es Hemingway. No el "Papá" de los Sanfermines ni el bebedor sentado en su poltrona de Finca La Vigía. Habló de desolado periodista que escribe con su propia sangre, que no quiere traicionar al hombre. Hemigway dejó para todos nosotros esas páginas que aún hoy, cuando las leemos, sentimos un sudor frío en la espalda. Son todas aquellas del corresponsal de guerra, un título que parecía olvidado para los nuevos periodistas. Lanata Hemingway está tratando de saber si los hombres seguimos matando la ilusión de vivir en paz, a pesar de pontificar que la paz es posible.

Friday, July 21, 2006

CUMPLEAÑOS BOHEMIO

Todos los 21 de julio, como es su costumbre desde 1999, cuando se cumplieron 100 años del nacimiento de Ernest Hemingway, Fuston me llama o me envía un mail. Siempre tiene un comentario a mano sobre la vida del norteamericano.Hoy, para no quebrar el hechizo, me recordó la crónica del 25 de marzo de 1922, escrita en París para el Toronto Star Weekly, titulada Bohemios norteamericanos en París.Fuster vive en Greenwich Village, pero pasa la mayor parte de su tiempo en Francia. Es artista plástico, guionista de comics y actor de teatro independiente.Después de cuatro by-pass, se dedica a la vida al aire libre,la caza y la pesca. Nos conocimos en el New Morning, el primer club de jazz de París, hace ya de esto 20 años.Fuster es un colorado pecoso que habla permanentemente y siempre está de buen humor. A propósito de la crónica, me recordaba que Hemingway, en ese artículo escrito en el Café Rotonde, criticaba a los bohemios norteamericanos que pintaban cuadros horribles y los exponían en la galería del Salón. Me dibujaba a esa dama bajita y regordeta, teñida de rubio, sentada a una mesa y fumando en una boquilla, quién con aire de superioridad contemplaba su asquerosa tela. Y la otra señora de risa histérica que llevaba un sombrero de la época de La viuda alegre, esposa de un comerciante que, tres años atrás, habían llegado a París.
Fuston no paraba de hablar. Yo me limitaba a responder:¡ sí !...¡Nooo!. ¡Eso es!.
Antes de despedirse y reclamarme mi prometido viaje a su casa de Nueva York, el colorado apuntó:"Nunca he sido tan felíz como en París". Las mismas palabras que Hemingway le dijo a Gary Cooper, su gran amigo.

Thursday, July 20, 2006

RUBIA, ALTA, ESPIGADA

Tiene veinticuatro años. Es rubia, alta, espigada, infartante. Llegó desde Misiones para estudiar letras en la UBA. Su padre es un industrial maderero que generalmente viaja a Buenos Aires para ubicar su producción. No es amigo de los contactos por internet ni nada que tenga que ver con la tecnología. A su esposa la conoció en Mendoza, en la casa de su primo Antonio, respetado viniticultor de la zona de Uspallata. Los Vinancich tienen 3 hijos. Adela, la mayor, es bioquímica, Teodoro, el menor, veterinario y Adriana, la del medio, quiere ser escritora.
A Pedro Vinancich lo trato desde la adolescencia.Nunca fuimos grandes amigos pero mantenemos una buena relación. Su mujer Graciela es odontóloga y prácticamente no cruzamos palabra.El polaco -así lo apodamos- me pidió, en una de sus visitas, que guiara a Adriana. Al principio ella fue educada y respetuosa pero, al poco tiempo, se mostró con total libertad.No sé si me sedujo o me enamoré como un tonto. Lo cierto es que estoy viviendo una aventura que me recuerda a la de Hemingway y la jovencita Adriana Ivancich. Por esta niña Ernest llegó a la agresión violenta contra Mary y fue fuente de inspiración de su libro Al otro lado del río y entre las hojas. La preparación del trabajo, que recibiera una crítica hostil, lo lleva hasta Cortina d'Ampezzo, París y Venecia. En esas circunstancias conoce a Aaron Hotchner, que había viajado hasta Finca La Vigía con el objeto de realizarle una entrevista para la revista Cosmopolitan. A partir del encuentro, y por el resto de la vida de Hemingway, Hotchner sería una especie de confesor.
No creo que pueda decirle al polaco que su hija es una mujer hermosa, completa, sexual y ardiente. Tampoco sé si será una escritora. Eso poco interesa.Descarto viajar a Venecia. Desecho toda la magia de un libro y todavía no conocí a un Hotchner para contarle que Adriana es una diosa.

Wednesday, July 19, 2006

TRES CUERPOS
Si Hemingway viviera ya estaría brindando. Jamás se hubiera imaginado que 45 años después de su muerte, en un hipódromo de Argentina, un caballo homónimo derrotara, por tres cuerpos, a Demoníano Bris y lograra el Clasico Club Hípico de Tandil. Yo estaba allí, esperando que los 1.100 metros no fueran un problema.Cuando lo ví a Hemingway en el paseo previo y saludé tímidamente al jockey Ferreyra, me dije:¡gana!. Y ganó. Martín Goicochea, su cuidador, se lo había anticipado a Blas, un amigo que vive, duerme, sueña y morirá gritando en la popular del hipódromo de La Plata.Blas es un reo, un personaje que bien pudo ser adoptado por Hemingway, un marginal que dejó a su familia por el amor a las yeguas. Un típico amigote de Fernando Savater, con quién alguna vez crucé palabras y me dijo de su afecto por el deporte.Hemingway no tuvo rival, dominó practicamente toda la prueba y lo dejó al segundo esperando en los partidores. Registró un sport de 2,75 pesos y, como un duque, este debutante cobró el premio. Invité una vuelta de whisky y prometí no volver más a ese lugar hasta que algún loco no decida llamar a un potrillo "Hemingstein", el apodo que Hemingway adoptó cuando todavía no sabía que volvería a pisar la tierra como caballo de carrera.

Monday, July 17, 2006

EL PADRINO

Puerto Madero Este. Calle Olga Cossettini. Sábado seminublado. 16.45. Dos hombres caminan hacia mí. Uno es delgado. El otro obeso, de barba blanca y espesa, usa anteojos, lleva boina negra y fuma habano. Ambos observan todo. Me acerco y creo conocerlo. Dudo. Dudo aún más.¿Es él?.Me mira.Lo saludo y con cierto gesto cinematográfico me responde. Su acompañante también me saluda. Le pregunto:¿Coppola?. "Sí",confirma.Vuelvo: ¿Francis Ford Coppola?."Yes", certifica.Trato de encontrar palabras en inglés para hacerme entender."Hablo, casteliano...diga",dispara . Estoy sorprendido Francis... encontrarme aquí con usted, en Argentina.Uno lo conoce...bueno El Padrino, Apocalypse Now- la ví en Río de Janeiro, en enero de 1980 -, Marlon Brando, Andy García, su hija Sofía...en fin. No lo creo...¿Coppola?."Sí, es Coppola", me remarca su acompañate en perfecto castellano."Está de visita, en viaje de descanso, vino a estudiar español, bailar tango, comer bien, visitar su viñedo en Mendoza, pasear por San Telmo y contactar con algunos escritores jovenes",me informa.Le digo que soy escritor y que me gustaría entregarle uno de mis libros. Coppola muerde su habano y afirma con su cabeza que acepta. Les digo que me esperen, subo a buscar mi libro de cuentos y "Hola Hemingway".¿Hola Hemingway, dice Coppola...¡good!. Vuelvo y le entrego los ejemplares. Coppola hace un gesto rápido con su mano indicándome que lo firme.¿Yo?, respondo."Sí, usted", me dice. A Francis Ford Coppola, por este encuentro.Se despiden.Los veo alejarse.¿Hola Hemingway..dijo?.¿Es Coppola...es Hemingway?.

Friday, July 14, 2006

NARANJA HEMINGWAY NARANJA
Tessie, mi ex-esposa, decidió viajar a Key West con su joven y actual pareja, un italiano del sur llamado Luigi.
Mi hija Victoria que vive en Génova, voló a Miami junto a su novio francés, quien responde al nombre de Pierette.
A ninguna las veo desde la última navidad que compartimos en el Jefferson Market Courthouse y Balducci (424 de Avenue of The Americam) en Greemwich Village.
Tessie me mandó un correo-con fotos incluídas- posando de turista en la puerta del Sloppy Joe's. Me cuenta que visitó la casa de la calle Whitehead y que me compró una remera color naranja, con el rostro de Hemingway en el pecho, por 12 dólares.
Victoria, quien nunca tiene tiempo para llamarme, también giró un mail donde dice que en Coconut Grove halló una remera naranja con la cara de Hemingway en el pecho por 7 dólares."Te va a gustar, Papi. No sé si la vas a usar en Buenos Aires, pero me pareció un lindo recuerdo de tu Hemingway", remarcó.
Tessie me remitió el presente por FedEx y Victoria hizo lo propio a través de su amiga Rocío, que llegó a Buenos Aires para visitar a sus padres.
Las dos remeras son de igual calidad. Las dos al primer lavado se descartan. La de Tessie no es mi talle y la de Victoria puede ponérsela un oso polar.
A las dos las guardé en la cajonera donde duermen los habanos cubanos junto con los llaveros baratos de Nueva York y las lapiceras compradas en los museos. Son esas pequeñeces que uno acumula para que alguno sepa que es un cuidadano del mundo.

PERDÓN PATRICK

Suelo distraeme frecuentemente. Confundo los apellidos. Olvido nombres y padezco el defecto de negar mis dificultades. Con los años fui cambiando. Por eso cuando Patrick, desde Barcelona me envió un correo diciéndome que la isla de Birminí no existe, advertí que me había equivocado. ¿BIRMANÍ o BIMANÍ?¿JOSÉ o JOSUÉ?¿PASTORAL o PECTORAL?.¡ Bueno...da lo mismo!. ¡¡¡NO!!!. Bimaní está en Las Bahamas. Birmaní en mi imaginación.
Perdón Patrick por mi error. Gracias Patrick por corregirme.

Thursday, July 13, 2006

OLVIDATE DE PAMPLONA

Guillermina no tiene la menor idea que aquí son las cuatro de la madrugada, hace frío, estoy con gripe y mi garganta parece un calefactor. Mi voz en el teléfono le suena extraña:"¡ Tío, te vino la peste aviar o ya enciendo los candiles para el funeral !", me dice alegremente. Le explico que cuanto menos hable, mejor. No entiende. Está en Pamplona, es 6 de julio, quiere vivir el San Fermín y acaba de enterarse que Hemingway es una especie de ídolo en ese lugar. Con extrema paciencia trato de informarle que para mí no es ninguna novedad.Fracaso.Guillermina sigue siendo la misma que conocí en Buzios, aquel verano del 80, cuando mi amigo Balboa la trajo de regalo a la playa.Es chilena, de padres gallegos, pinta sobre batik y dice ser una hippie nostálgica. No sé si considerarla amiga, la prefiero conocida cercana. Es decididamente insoportable, pero no se da cuenta o no quiere darse cuenta.Insiste."Un espectáculo capaz de hacer que uno se levante de la cama a las cinco y media de la mañana durante varios días seguidos".Eso lo dijo Hemingway me recuerda y agrega:"Ese tipo llegó a Pamplona por primera vez el 6 de julio de 1923 con una tal Hadley que creo era su esposa. Bueno, tío...hoy es 6 de julio...¿no está tan mal?". Me calló. Ella sigue: "Comía en Casa Marceliano ajoarriero con gambas y dormía en el Hotel La Perla de la Plaza del Castillo". ¡¡¡ Basta Guillermina ...todo eso ya lo sé. Lo sabe cualquier estúpido que va al San Fermín. Se lo cuentan a todos los turistas!!!. Me colgó. Tal vez estuve grosero, o pedante, o esto de la temperatura me hizo encolerizar. No sé. Si vuelve a llamar le diré que lea "Fiesta" y se siente a esperar otro encierro.

Tuesday, July 11, 2006

GRAN AÑEJO VIGIA
A mis tres amigos peruanos no los voy a perdonar nunca. Se metieron con algo tan personal que por el resto de mis días los voy a señalar con invasores. Les di mi casa, usaron mi heledera hasta dejarla vacía, vaciaron la despensa, aprovecharon mis toallas, mi ropa de cama, me robaron libros, dejaron una cuenta imposible de pagar en la lavandería, llamaron al exterior como si se tratara de un locutorio. Yo soy el culpable, con ese asunto cultural de la hermandad latinoamericana, se aprovecharon. Hugo fue el principal saqueador. Sabía que guardaba el ron cubano como un tesoro. Sin embargo no le tembló la mano, la botella 2756 del año 1998, elaborada con mieles de caña de azúcar y añejada en roble blanco seleccionado, con un bouquet único, fue a parar a su asquerosa garganta. No le importó nada, inútil hubiera sido explicarle que el GRAN AÑEJO VIGÍA era para mí un trofeo. Inútil resultaría que conociera que el sello personal diseñado por Hemingway, es el símbolo más representativo de su vida en Finca La Vigía. ¡Cómo explicarle a esta bestia que el emblema representa los tres montes de París: Montparnasse, Montmartre, St. Geneviéve y además las tres colinas de San Francisco de Paula!. Que la punta de la flecha es de la tribu Ojibway, aquella del norte de Michigan y Minnesota, lugar donde Ernest pasó su niñez y parte de su juventud y que las tres barras simbolizan sus grados de teniente durante la Primera Guerra Mundial y los de capitán que ostentaba durante la Segunda Guerra Mundial.
Quedó la botella vacía como recuerdo y un mensaje: "Hermano, es el mejor ron que bebí en mi vida"

Wednesday, July 05, 2006

IMPOSIBLE PODER OLVIDARLA

Yo era un notero, ella una reina. A mí me interesaba llegar hasta la mesa donde el alcohol invitaba a la palabra. Paracía una diosa en aquel entorno de Mau-Mau. Mi único beneficio y pasaporte al éxito era anunciarme como reportero de la revista Gente. No quise utilizarlo, mi vanidad pudo más que el carnet. Bebí de un sorbo el resto del whisky y me tiré de lleno a la aventura. Me paró un custodio: "Largate, pibe...a ésta no te acerques", me sacudió. Lo miré con odio porque en definitiva era un pobre tipo que cuidaba a la oveja y descuidaba al zorro. Ella levantó la vista, su mirada de gato la llevo clavada todavía. Se levantó, parecía interminable. Saludó a unos cuantos idiotas que estaban a su lado. A mí me hubiera encantado ser uno de esos inútiles. Susana Giménez la tomó del brazo. Estaba borracha. Volví a insistir y el pesado me tomo del brazo: "Pendejo, no me hagas que te surta". Se fueron. Me quedé parado. Fuí hasta la mesa vacía y me guardé su copa. El vigilador se hizo el distraído. Margaux, al día siguiente. participo de un día de campo, después no supe nada de ella hasta que el 2 de julio de 1996 se anunciara que había sido encontrada muerta. El médico forense determinó suicidio, suponía que Margaux Hemingway se había quitado la vida el 28 de junio. Pero nada es casual, 35 años después de la locura de su abuelo Ernest, la nieta preferida de "Hem" corrió hasta las rodillas de su "Papá" como cuando era una niña, en San Francisco de Paula.

Monday, July 03, 2006

CUATRO DÉCADAS, CINCO AÑOS, SIN OLVIDO

Aquí, la madrugada del 2 de julio fue muy húmeda. Desde mi balcón observé que toda la calle estaba mojada y una especie de bruma tapaba los edificios más altos. Había salido para reunirme con algunos amigos que desde hacía unos meses no nos veíamos. Fuímos a cenar a un viejo bodegón y después tomamos unas copas en un pub de la calle Reconquista. Hablamos por largo rato sobre esta torpe forma de reencuentro. Ninguno quiso admitir que la vida nos separaba sin razón y que todas las excusas terminaban en la falta de tiempo.Cada uno fue perdiendo la costubre, la sana y hermosa costumbre de establecer un día al mes para juntarnos. Antes nunca faltábamos a la cita. Ahora evitábamos encontrarnos. Nos despedimos y caminé en medio de la noche. Llegué a casa, mi esposa dormía. No tenía sueño. La televisión no me atrae. Calenté el café y me senté en el sillón del comedor. En mitad del silencio escuché un disparo. Quedé sin aliento. Pensé en el vecino, en el muchachito que vive solo. En la señora mayor que siempre me saluda cuando salgo. Nada de movimientos. Nada de gritos ni llantos. No escuché sirenas de ambulancias. Sin embargo hubo un estampido, un suicidio, un triste final. El olor a café quemado me hizo reaccionar. Fuí hasta el baño y me mojé la frente. El espejo no mentía: tenía rostro de preocupación. No estoy loco, borracho, ni drogado, pero ese disparo partió la madrugada como en aquella casa de Ketchun, en Idaho, un domingo, hace 45 años.