Hace
pocos días, Margaux Hemingway hubiera cumplido 64 años. La nieta
bella de Ernest, acaso dominada por el destino familiar, eligió el
mismo camino que su abuelo
y quiso el destino que fuera encontrada
muerta, un 2 de julio, en un departamento de California.
Lo
que sigue es una breve crónica sobre la
particular vida de
la modelo,
publicada por Kien
y Ke,
el 16 de febrero, bajo el título Margaux
Hemingway no soportó la maldición de su apellido.
El
2 de julio de 1961, Ernest
Heminway se
sentó en su sillón favorito, tenía una escopeta en la mano y solo
pensaba producir un sonido que despertara a su esposa, el del
disparo. Puso el cañón en su boca y presionó el gatillo. Esos 20
minutos oscuros en los que alguien decide quitarse la vida, según
decía Hemingway, también los vivió su nieta Margaux.
Justo
32 años después del suicidio del nobel de literatura. Margaux
Hemingway fue encontrada muerta en su apartamento de Santa Mónica,
California. Había
muerto muchos días antes, tanto que fue necesario hacer un
reconocimiento dental porque el día del levantamiento policial, su
cuerpo estaba muy descompuesto. De hecho llevaba días siendo buscada
por sus amigos quienes ya habían denunciado la desaparición de
Margaux.
El
resultado de la primera autopsia determinó que había muerto por un
ataque de epilepsia, enfermedad de la que sufría desde pequeña.
Pero
un segundo análisis arrojó que había consumido gran cantidad de
tranquilizantes y falleció por sobredosis.
Al igual que su abuelo, Margaux Hemingway optó por el fin consiente
de la existencia, pero con un método digno del final de los 90.
La
maldición Hemingway
Estos
no son los únicos casos de suicidio dentro de la familia, otros
siete miembros ya habían renunciado a la vida de esa forma. Margaux,
su hermana Mariel y Muffiet,
habían sido convencidas por sus padres de que su abuelo recibió un
disparo accidental, solo para no alarmarlas.
La
mentira no era descabellada. Trataba de alejar la maldición de la
familia y mantener la salud mental de las niñas. Cuando Mariel se
enteró de la muerte de Margaux entró en desesperación, fue la
confirmación viva de la saga suicida de la familia.
Pensó
que sería la siguiente y su designio estaba marcado por su apellido.
Pidió ayuda de psiquiatras, médicos y astrólogos para poder
focalizar la tensión.
Pero la cura llegó después,cuando Barbara
Kopple le
propuso hacer un documental sobre el tormentoso pasado de su familia.
Después de esa grabación y confesar su situación, Mariel logró
superar la angustia y continuar con su vida.
En
esa película y luego en un blog con su nombre, Mariel recomendó a
las personas deprimidas seguir su rutina. Mariel
Hemingway se despierta antes del amanecer, prepara un té caliente y
se sienta en su jardín a esperar el alba.
También, según dice, se toma un momento en la noche para permanecer
en silencio.
La vida de Margaux Hemingway
El
rostro de la mujer le daría el tremendo éxito que tuvo como modelo,
la expresividad de sus ojos, los pómulos suaves y el figura ovalada
de su rostro aglomeraban las características del estereotipo de
belleza para los años 70.
Había
nacido el 16 de febrero de 1954, en el seno de su ya reconocida
familia.Con
20 años de vida, Margoux recibió el contrato más costoso otorgado
jamás a una modelo, representó el perfume como imagen del perfume
Babe, de la marca Febergé por un millón de dólares.
Después
de ese contrato, Margaux apareció en portadas de revistas como
Vogue,
Elle, Cosmopolitan y Harper’s Bazaar.
Después Time la denominó una de las nuevas bellezas americanas y a
la edad de 21 años, la revista American
Vogue la
catalogó como la nueva supermodelo. Finalmente apareció en la
portada de Playboy
en
1990.
Después
de eso sus triunfos fueron escasos, apareció en algunas películas
como Double
Obsession
(1992) y Vicious
Kiss
(1996). Según sus allegados para esas épocas ya afrontaba fuertes
cuadros de depresión y había caído en un profundo alcoholismo del
que no encontró salida. Se había separado por discusiones con su
familia, la supermodelo de los setenta denunciaba haber sido abusada
por su padrino y la familia le negaba las acusaciones.
Sin
embargo en el documental, su hermana confesó que sospechaba de
abusos de su padre contra Muffiet y Margaux Hemingway. Esa separación
de los matrimonios arruinados y el rechazo familiar lo demuestran la
soledad de un cuerpo que se descompone en su propia casa, sin nadie
que toque a su puerta.