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Tuesday, April 01, 2008


EL ASESINO DE HEMINGWAY TENDRÁ MONUMENTO

Desde la aparición del libro ¿Qué le ocurrió a la calavera de Schiller? Todo aquello que usted no sabía del periodista alemán Rainer Schmitz publicado en setiembre de 2006, no fueron pocas las voces que se levantaron para denostar a Ernest Hemingway, porque el autor aseguraba que el norteamericano había confesado el asesinato de 122 prisioneros alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Yo decía por entonces que me llamaba mucho la atención que este libro se diera a conocer después del escándalo de Günter Grass. También afirmaba que Schmitz revolvía textos y cartas ya conocidas para recortar alguna frase impactante y alegórica y mostrar de ese modo a un Hemingway cruel, asesino y despiadado. Toda la mala fama que en cierta medida el propio Hemingway fue creando, también hizo dudar al alcalde de la comunidad de Schruns quien, hace dos años atrás, suspendió el proyecto de levantar un monumento al escritor, basándose en las acusaciones sobre los delitos cometidos por Hemingway contra prisioneros alemanes. Esta pequeña comunidad de Austria de 3.800 habitantes había sido un lugar de refugio del norteamericano durante los años 20. Allí Ernest pasó dos inviernos en la localidad de deportes invernales en el estado de Vorarlberg y también escribió varias de sus crónicas.
Hace unos días la historia cambió. Un dictamen de la Universidad de Hamburgo ante la presentación del Grupo de estímulo IG Ernest Hemingway Memorial, artífice del proyecto, determinó que los cargos contra Ernest Hemingway eran dudosos y que el informe final sostenía que las cartas a partir de las cuales se lo acusó a Hemingway por delito de guerra contra prisioneros alemanes de la Segunda Guerra Mundial “surgieron con toda seguridad del la fantasía del autor”.
Por lo tanto, desde el 30 de marzo, un busto de dos metros fue emplazado en el centro de Schruns en homenaje al escritor norteamericano.
Amigo Schmitz, el daño ya está hecho. Usted sabrá como remediarlo. Usted sabrá como pedir disculpas. Usted sabrá como callarse la boca.

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