FUSTER NO HABLES DE ESPÍAS
Brian Fuster está nuevamente en Venecia. Desde allí me llama porque quiere degradarme sanamente. Su condición de norteamericano le permite sentarse en el Harry’s Bar , pedir martinis a su antojo, ordenar los platos más sofisticados y gozar de un descuento del 20% ofrecido por la empresa a los “pobres norteamericanos” que sufren el dólar débil y la crisis de no poder “gastar” en Italia y el resto de Europa. Esto queda confirmado por el Departamento Nacional de Turismo Italiano que dijo: “la fuerte devaluación del dólar en comparación con otras monedas, motiva las señales de recesión que actualmente provoca un gran obstáculo para los estadounidenses en Europa”. Brian agrega que la caída de clientes en el Harry’s Bar es preocupante y cuando un turista se sienta a la mesa los camareros aplauden. Pero esto es una anécdota. En verdad Brian me golpea con una noticia que debo chequearla porque a mí también me sorprende: El beisbolista Morris Berg –Moe- fue espía de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial y se le encomendó asesinar a un científico al que le encargaron construir la bomba atómica para los nazis. En 1934, Berg fue uno de los seleccionados para la gira que el equipo de las Estrellas de la Liga realizó a Japón. En tierra nipona Berg filmó la planta de producción de buques y ese material se lo entregó a la Oficina de Servicios Estratégicos (0SS) precursora de la CIA, como así también otros films que serían fundamentales para los bombardeos que el gobierno de Franklin Roosevelt realizó sobre la isla. La mayoría de los jugadores cree que su inclusión en el equipo fue un arreglo, dado que Moe no parecía tener categoría de genio. La recorrida secreta de Berg lo lleva también a Yugoslavia, Francia, Noruega y Suiza. Brian tiene referencia que Morris Berg estuvo con Hemingway en más de una oportunidad. Me pregunta si yo sé sobre el particular y en verdad, no tengo respuesta. Me inclino a pensar que no, pero si alguno aporta datos, bienvenidos.
Le respondo a Brian Fuster que se coma un carpaccio y brinde con un garibaldi por el binestar de los norteamericanos pobres.¡¡¡ Saludos a Scott Fitzgerald y a Truman Capote !!!
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