Search This Blog

Wednesday, October 24, 2012

LA ÚLTIMA SEMANA EN LA HABANA





Uno que lleva varios años persiguiendo enfermizamente todo lo referente a Ernest, permanentemente se encuentra con novedades. La vida de Hemingway permite ficcionar cualquier historia y de hecho muchas de estas narraciones son excelentes. Los textos de Leonardo Padura, de Enrique Vila-Matas, la buena pluma de Paula Mc Lain, Gioia Filiberto, Scout Donaldson, Lisa Ann Twomey, Joe Haldeman, Irma del Águila, John Hemingway, Allie Baker, Juan Villoro; en fin, sólo algunos ejemplos de los innumerables escritores que aportaron datos, referencias, anécdotas y comentarios que multiplicaron el interés por el autor norteamericano. Ahora, una pareja de canadienses ha publicado – 6 de junio de 2012- una novela sobre los últimos días de Ernest en la isla. Otra vez Cuba y Finca Vigía son el escenario de esta obra cuyos autores tratan de hacernos vivir un recorrido de aventureros.



Wayne y Eleanor se conocieron en el Colegio Victoria de la Universidad de Toronto, en la década del 70, cuando él cursaba una maestría en teología, y ella, una licenciatura en inglés. Wayne, a quien su esposa describe como un verdadero “almacén de conocimientos” sobre Ernest Hemingway, fue la garantía de que la obra de ficción se ajustara lo más posible a la realidad histórica, mientras que Eleanor le aportó a la trama su fértil imaginación.





Ellos compartieron una oficina de estudios de posgrado en la Universidad de Manitota y el trabajo como maestros de inglés en Ridley Collage, antes que ella se dedicara a enseñar inglés en Grey Gables. Por un tiempo vivieron en el campus del Ridley y allí comenzó a gestarse la idea del libro.



Wayne Fraser y Eleanor Johnston se enamoraron de Hemingway por separado mientras cursaban el preuniversitario, a través del libro de memorias del narrador canadiense Morley Callaghan sobre el verano de 1929 en París, That Summer in Paris. Ese año fabuloso convivieron en la ribera izquierda del Sena, luminarias de la literatura en lengua inglesa como Francis Scott Fitzgerald, James Joyce y el propio Hemingway.



Hemingway’s Island, o La isla de Hemingway es narrada por dos de sus personajes: Mary Welsh, la última de las cuatro esposas del autor de El viejo y el mar, pone por escrito cada día de su última semana con el escritor en Finca Vigía -el hogar de Hemingway cerca del suburbio habanero de San Francisco de Paula- con la intención de enviar el texto a la revista Life. Nos preguntamos si realmente este diario existió. Analizo si en esta travesura de los autores no hay un hilo de veracidad. Mary estaba cansada, presionada, aturdida, vituperada. Ernest sumamente golpeado con la noticia de que debía dejar la isla. Algo olía a podrido. Los norteamericanos indignados. Los caribeños embravecidos ¿Casualidad que Mary preparara un informe para Life? ¿Life no estaría jugando a dos puntas? Silencio…¿silencio?.





Medio siglo después, Alf O’Malley, un joven graduado universitario canadiense, desembarca con su novia embarazada en La Habana, a mitad del 2010 y atraviesa aventuras y desventuras en la búsqueda del supuesto manuscrito escrito de Mary. Aquí la historia se desmerece. En lo personal creo que hubiera sido necesario agregar documentación. Alf queda desdibujado, tendría que haber luchado un poco más por conseguir el material. En este aspecto los autores se quedaron dormidos. Después de la partida de Ernest de LaHabana, hay centenares de anécdotas que sumarían adrenalina a las páginas del libro.



En lo que respecta a los autores, que son pareja en la vida real, construyeron una hermosa familia formada por tres hijos y cinco nietos. Compartieron sus cátedras en la Universidad de Ridley y actualmente administran un sitio web www.wayneandeleanor.com Wayne, según lo describe Eleanor es un “deposito de conocimientos” sobre Hemingway. No cabe duda por lo que uno lee. Por su parte, Eleanor aportó la mirada femenina y la fértil imaginación ante las pesadillas que invadían a un Hemingway deteriorado. Queda en claro que la documentación trajo una cuota significativa de realidad y el lector no sabe cual es la diferencia entre verdad o ficción. Como Eleanor escribe en su blog: Mi estilo de escritura es complicado y específico, enredado y confuso, pero directo. Me dejo llevar por el impulso y a veces pierdo el hilo de lo que está pasando, eso me sirve para desenredar las nudos de la historia.



La escritura, como todo lo que hacemos juntos, es una peregrinación, una búsqueda, una forma de expresar el significado ¿Cómo uno sabe cual es tu alma gemela? Acaso Hemingway lo sabía, acaso Mary era su mujer ideal, su soñada esposa, acaso Mary Welsh era esa señora que acompañaba a Hemingway, su enfermera, su terapeuta, su doméstica.




El libro en versión castellana se conocerá el próximo año. Mientras tanto seguiremos buscando ese diario, del que no estoy tan seguro exista.

















1 comment:

Anonymous said...

Me encantan los zapatos "estrechamente unidos..."
y, como siempre, tu pasión descriptiva.
Un abrazo
Dante Bertini