Monday, July 13, 2009


CHARLANDO CON MI VECINO GIULIO

Hace bastante tiempo que no veía a mi vecino, el italiano Giulio Ponza. Claro, desde mi ventana, el balcón terraza de mi amigo está perdido, sufre de soledad. El sol acaricia livianamente las macetas pero su reposera, donde el viejo se acostaba a descansar y a curtirse en el verano, está tiritando de frío. Lo cruzo en mitad de mi cuadra y no lo reconozco, está tapado, enfundado en un capote gris, parece un objeto listo para despachar por encomienda. Me dice:"Ciao". Le respondo: "Non ce male". Nos detenemos. "!!!Qué me dice del chico ese de 27 años muerto en San Fermín...ah, también hay un argentino que se salvó del toro!!!",apura. Nada, Giulio, las corridas tienen un poco de aventura y peligro. Uno sabe que en los encierros se sufre a veces un destino fatal. Hemingway en ese aspecto siempre fue claro. Nunca estuvo entre las cornadas. Miraba el espectáculo desde el balcón."No me responde Gatti, a mí me parece que circula mucho alcohol y poco control", aguijonea. Es cierto, cada año es más difícil cuidar a los miles de turistas que llegan porque el maestro les subió la fantasía a sus cabezas. "Pero no es muy loco todo...hasta diría primitivo, esa gente desafiando al toro, corriendo para que el animal no los tire a un costado...me parece brutal", sentencia. Usted debe entender esto como una fiesta pagana, si Hemingway no hubiera estado en más de una oportunidad en Pamplona, tal vez nadie hablaría del acontecimiento pero, a pesar de los años, la mística continúa."Ya que lo tengo...¿y eso de la KGB y los contactos con los rusos?". Tema polémico mi amigo. Parece que Jacob Golos, un nexo de la KGB con el partido Comunista americano, escribió por enero de 1941 algo así: "Averigüé que Ernest Hemingway viajará a China via Unión Soviética. Arreglé con él para que nuestra gente lo encuentre el China. Estoy seguro que cooperará con nosotros". Giulio se separa la bufanda de la boca y pregunta:"¿Fue agente?". La realidad es que Hemingway viajó a China y que Harry White, un funcionario del tesoro le pidió "informes reservados sobre el gobierno chino",pero...aquí el tema...Ernest paralelamente tomó contacto con los agente soviéticos."¡Un pícaro el norteamericano!". Llámelo como quiera. Esto ahora aparece porque se editó un libro donde uno de los autores fue agente de la KGB, un tal Alexander Vassillev."Para usted... entre nosotros...¿ jugaba a dos puntas, buscaba datos para sus libros, es mentira, es verdad, todo pasa para promocionar el libro, sirven estos datos...?. Déjeme Giulio leer con tranquilidad el libro y después lo charlamos."La semana que viene me voy a Italia, aquí no soporto el frío y... eso de la peste...qué me dice". Lo despido. Se aleja con su caminar lento y tranquilo. Me quedo parado, pensativo y tratando de saber qué hago aquí en lugar de estar en las cenizas del festejo pamplonés.

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