Sunday, April 16, 2023

BYE, BYE, MARILYN

  Con enorme placer presento como adelanto, mi cuento que integra la antología internacional "M.M", editada por Vencejo Ediciones de España, donde 71 escritores de varios países sumaron su aporte. Este volumen de 425 páginas reúne un material riquísimo que recuerda a la diva de todos los tiempos. La editora Albahaca Martín Gon y el escritor José Luis Muñoz, trabajaron duramente para que el libro finalmente estuviera en las librerías a partir del mes de mayo.En Argentina estará disponible con una modalidad distinta, se ofrecerá en subasta. Desde este espacio quiero agradecer a todos los que hicieron posible la edición de la antología y desear que la venta corone tanto esfuerzo. Los dejo con el cuento.




La reunión duró veinte minutos. Me encontré con Jeffrey en I Fresh Market de Puerto Madero. Previamente le había anunciado el motivo de la conversación.

“Mi padre reunió el material en un archivo secreto. Joe Di Maggio fue amigo de Hemingway y le contó la historia de su relación con Marilyn. Ella necesitaba un superhéroe, un hombre fuerte, un triunfador. Se casaron, él era muy rústico y celoso, la quería para sí, no deseaba tener una sexsymbol. Marilyn fue su gran amor. Él se había separado de su esposa, la actriz Dorothy Arnold, años después conoció a Marilyn. Tuvieron 274 días de matrimonio, peleas, golpes e infidelidades. Se separaron en 1961, cuando ella se fue con el escritor Arthur Miller”.

“Di Maggio dialogaba con Hemingway a menudo, le contaba todo y el novelista lo aconsejaba. Joe se negaba a hablar de Marilyn, estaba peleado con Frank Sinatra y odiaba a Tony Curtis, Yves Montand, Clark Gable, Marlon Brando y a los hermanos John y Robert Kennedy, porque todos tuvieron relaciones íntimas con ella”.

Hace una pausa para sorber un trago de café. Me mira y espera una pregunta. Prefiero que el silencio haga lo suyo y Jeffrey continúe.




“Nunca quedó comprobado si Marilyn fue espía. Por eso la muerte dudosa. Según mi padre, en el informe a la CIA, él da por sentado que Marilyn y Hemingway trabajaron como agentes para la inteligencia rusa.”

“Hay un hecho poco difundido pero interesante, dos agentes de la CIA, en ausencia de Hemingway y su esposa en la residencia de Cuba, ingresaron a la mansión de Finca Vigía buscando documentación del escritor con los contactos rusos. No lograron encontrar nada, pero capturaron cartas entre Marilyn y Ernest que los comprometía. Hemingway, diría tiempo después: El bonito de Robert (Kennedy) está enojado conmigo porque Di Maggio me contó como él y John maltratan a Marilyn. Los hermanos juegan con ella, le prometen contratos, el estrellato, la fama, ser una diosa, a cambio de cama y silencio. Temen que hable y les arruine el futuro político, por eso hay que sacarla del camino.”

Jeffrey mira su reloj y levanta las cejas. Llama a su asistente moviendo su mano derecha y le pregunta si está todo listo para la partida. La respuesta es afirmativa. Vuelve a levantar su mano para que el camarero se acerque. Sin consultarme pide dos ristretto. Parece a gusto con su relato. Sigo jugando con no decir palabra. Hasta ahora todo marcha muy bien.

“Aquí no termina la historia. Era un hecho notorio que los hermanos Kennedy estaban pendientes de los pasos de Marilyn. No sabían cómo callarla y temían que en un descuido la rubia lanzara una bocanada de fuego de su boca. La controlaban dos agentes  de la CIA de forma permanente. Las visitas y encuentros de  Robert con ella, eran cada día más frecuentes. El 5 de agosto de 1962, la estrella, entre la medianoche y la madrugada, aparece muerta sobre la cama. Mi padre, Norman Hodges, perteneciente a un grupo de élite, la asesinó mientas dormía, inyectándole una dosis masiva de hidrato de cloral mezclado con 40 cápsulas de  Nembutal. Tenían demasiadas pruebas sobre lo que Marilyn  conocía y dado el abuso de medicación que cargaba  Monroe, presentar su muerte como suicidio era más que creíble.”

“La bocanada de fuego no era una metáfora. Marilyn, cansada del maltrato, había amenazado a los Kennedy con decir todo lo que sabía en una conferencia de prensa y revelar su embarazo, fruto de la relación que mantenía con ambos. Robert era el señalado como el futuro padre. Una semana antes del supuesto suicidio, Monroe se había sometido a un aborto y cae en depresión. El mismo día de su engañosa decisión, Marilyn sostuvo una explosiva discusión con Robert que terminó a los golpes. Lo que sigue es conocido”.

“Habían pasado 90 días del último encuentro con Bob. Todo indicaba que el embarazo seguiría su curso. Marilyn pensaba que Bobby dejaría todo por ella, sin embargo, al contarle la interrupción del mismo, el político solo dijo: fue lo mejor”.

“Mi padre fue torturado, amenazado de muerte y medicado. Era un psicópata y como tal, egocéntrico e inseguro. Los médicos sabían de su conducta, por lo que llevado a una situación extrema, actuaría con un comportamiento agresivo y violento.”



Me sorprende la naturalidad con que relata el hecho. Jeffrey tiene toda esta historia muy trabajada. Termina su ristretto y vuelve a llamar al secretario. Esta vez, su colaborador, le señala el auto que le espera en la puerta. Hodges me dice que se va a Bariloche a pescar truchas y después, en vuelo privado, a República Dominicana donde tiene su complejo hotelero. Me consulta si me gusta la pesca. Le respondo que no tengo paciencia. Sonríe, debería jugar al golf, eso tranquiliza, agrega. Se levanta dando por terminada la charla. Antes de despedirse me pregunta por qué tengo interés en este tema. Le reitero que soy escritor y estoy escribiendo un relato sobre Marilyn para una antología de autores que se publicará en España. Me da un abrazo y camina con paso firme hacia la puerta donde lo espera el auto que lo lleva al aeropuerto.

Pido un agua mineral y reflexiono, todo este relato es una mentira. La versión de Jeffrey es falsa. Su padre terminó sus días en una cama del Hospital Sentara, en Norfolk (Virginia), recordando que asesinó a 36 personas entre 1959 y 1972. Norman, sin duda, fue un delirante y su hijo un fabulador.

En medio de esta hipótesis conspirativa aparece el psiquiatra de Marilyn, el doctor Ralph Greenson y el actor Peter Lawford, quien fue uno de los primeros en confirmar que la diva había mantenido relaciones con ambos hermanos y sentenció que  se la pasaban como si fuera una pelota. 

La leyenda de Marilyn sigue intacta. Sus fanáticos -soy uno de ellos- la amamos y yo, todavía, no sé como empezar mi cuento. Eso sí: se llamará Bye, Bye, Marilyn

No comments: