BEBER ES UN PECADO LITERARIO
Mi amigo,el colorado Brian Fuster está en Chile.Me asegura que no va a viajar a la Argentina hasta que yo no me decida a verlo en Montevideo o Caracas.¡¡Está loco!!.No sabe que salir fuera del país nos cuesta la donación de un riñón. Para él las cosas sencillas.El dinero es un bien de cambio que no lo cambia.Filosofía aparte,me dice que fue invitado a exponer en el Coloquio "Litros y Letras:te leo y me da sed",una propuesta que analiza el vínculo entre el alcohol y la literatura.Parece que un grupo de pensadores quiere demostrar que una botella o algunas copas de fino licor ayuda a escribir mejor.No descubrieron nada.Me inclino a pensar que es una excusa para mandarse unos buenos tragos.
Fuster va a disertar sobre Charles Bukowsky, Malcolm Lowry y Ernest Hemingway,calificados chupandines que no perdonaron a ningún envase con néctar espirituoso.Obviamente me pide datos sobre Ernest.Alguna anécdota desconocida,un hecho poco difundido.Cualquier cosa imaginable que relate será "tomada" como cierta.Aquí la fama no era cuento: desayuno,tres vasos de ginebra,una botella de champaña o tres whiskys durante el día;veintidós whiskys,nueve martinis,6 mojitos o una sesión de vodka por la noche;vino en la cena(dos botellas),siete Papás doble y mucha champaña.¡¡¡Fuster, a tu salud!!!.
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