SUGGESTED
“¿Qué es esto? ¿Ésto no es mi libro?”, gruñe la voz de Hemingway en mitad de una platea de cine vacía. La pantalla titula: “Inspirado en El viejo y el mar”. En tan solo 117 segundos, el dibujo animado Man vs Sea, guionado por Dano Johson y Tate English, no logra seducirme. Vuelvo a pasarlo. Una vez más. La versión libre es un absurdo, un mal intento donde Will Smith es el pescador, Nathan Lane es viejo y Santiago un agente del FBI jugando en una aventura más ligada al tráfico de bebidas y drogas que a la pesca del pez gigante. Lo digo porque en nombre de la creatividad estas pequeñeces son un insulto para la novela. La inspiración no aparece. Man vs Sea bien podría desentenderse de Hemingway, valerse por sí mismo y navegar con el contrabando propio por los cayos de Florida sin necesidad de hacerle decir a Ernest “esto no es mi libro”. Y a propósito de la historia y ya que estoy entre espías y agentes de inteligencia; viene a cuento la legitimación de los documentos identificatorios de casi 24.000 personas que durante la Segunda Guerra Mundial cumplieron su misión de informantes sobre Alemania, Japón y sus aliados, además de la planificación y ejecución de operaciones con los grupos clandestinos de resistencia para los objetivos imperialistas norteamericanos. Los buenos muchachos de Estados Unidos, por primera vez en la historia, abrieron al público los 216 paquetes de documentos pertenecientes a la Oficina de Servicios Estratégicos, la agencia de inteligencia anterior a la CIA y, sin más remedio, soltaron los nombres de muchos conocidos. Como ya di cuenta en el posteo Hemingway: Cuba era una fiesta-tercera parte-Matar al mito “entre 1941 y 1945, Hemingway era vigilado por William Donovan. Éste le seguía los pasos, llegó a hacerse amigo mientras manejaba la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS) predecesora de la CIA, mucho antes que el FBI lo espiara”. En otra entrega: El hijo secuestrado, también expuse que “en 1944, un grupo de inteligencia alemán le siguió en rastro a John y termina secuestrándolo”. Unamos ambos hechos. Por un lado Ernest vigilado y perseguido. Por el otro, John secuestrado. “Hem” lo sabía, no era un hombre simpático para el sistema. La pregunta es: ¿El hijo de Hemingway trabajaba para los norteamericanos, para los alemanes, para ambos? Uno observado por la OSS, el otro controlado los la SS.
Ernest se mataría después de vivir un hecho que a medida que pasa el tiempo parece más real.¿ El FBI venía a buscarlo?. John, que cargó al “Bumby” de acero, que dejó a esas hijas famosas: Joan, Margaux y Mariel ¿Habrá sido una víctima?¿Esto de dar su nombre agrega algo?¿Qué es esto?¿Ésto no es mi libro?.
“¿Qué es esto? ¿Ésto no es mi libro?”, gruñe la voz de Hemingway en mitad de una platea de cine vacía. La pantalla titula: “Inspirado en El viejo y el mar”. En tan solo 117 segundos, el dibujo animado Man vs Sea, guionado por Dano Johson y Tate English, no logra seducirme. Vuelvo a pasarlo. Una vez más. La versión libre es un absurdo, un mal intento donde Will Smith es el pescador, Nathan Lane es viejo y Santiago un agente del FBI jugando en una aventura más ligada al tráfico de bebidas y drogas que a la pesca del pez gigante. Lo digo porque en nombre de la creatividad estas pequeñeces son un insulto para la novela. La inspiración no aparece. Man vs Sea bien podría desentenderse de Hemingway, valerse por sí mismo y navegar con el contrabando propio por los cayos de Florida sin necesidad de hacerle decir a Ernest “esto no es mi libro”. Y a propósito de la historia y ya que estoy entre espías y agentes de inteligencia; viene a cuento la legitimación de los documentos identificatorios de casi 24.000 personas que durante la Segunda Guerra Mundial cumplieron su misión de informantes sobre Alemania, Japón y sus aliados, además de la planificación y ejecución de operaciones con los grupos clandestinos de resistencia para los objetivos imperialistas norteamericanos. Los buenos muchachos de Estados Unidos, por primera vez en la historia, abrieron al público los 216 paquetes de documentos pertenecientes a la Oficina de Servicios Estratégicos, la agencia de inteligencia anterior a la CIA y, sin más remedio, soltaron los nombres de muchos conocidos. Como ya di cuenta en el posteo Hemingway: Cuba era una fiesta-tercera parte-Matar al mito “entre 1941 y 1945, Hemingway era vigilado por William Donovan. Éste le seguía los pasos, llegó a hacerse amigo mientras manejaba la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS) predecesora de la CIA, mucho antes que el FBI lo espiara”. En otra entrega: El hijo secuestrado, también expuse que “en 1944, un grupo de inteligencia alemán le siguió en rastro a John y termina secuestrándolo”. Unamos ambos hechos. Por un lado Ernest vigilado y perseguido. Por el otro, John secuestrado. “Hem” lo sabía, no era un hombre simpático para el sistema. La pregunta es: ¿El hijo de Hemingway trabajaba para los norteamericanos, para los alemanes, para ambos? Uno observado por la OSS, el otro controlado los la SS.
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