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Wednesday, September 17, 2008

MOROS Y CRISTIANOS
Se vuelven. Después de penar 10 días sin energía eléctrica, sin agua, sin alimentos, sin teléfono, sin internet; decidieron despedirse de la residencia del barrio Miramar. Regresan con profunda angustia porque Daniela ya había comenzado a caminar con la ayuda de un solo bastón. Su terapeuta daba por hecho que lo peor había pasado. Se vuelven. Victoria y Pierette se encontrarán con Tomás en México mientras que Tessie y René viajarán con Daniela. Aquí está todo preparado para recibirla. Regresan y personalmente siento que es bueno. Me queda sin embargo un malestar interno de bronca y pesar. Hay que decirlo con todas las palabras. Los mandatarios sudamericanos se reunieron en Chile para salvar a Evo Morales, para apoyar la democracia, para demostrar que somos hermanos, para confirmar que somos solidarios, pero ninguno hizo un gesto de voluntad hacia Cuba. Los huracanes dejaron pérdidas por 10 millones de dólares. No hubo ayuda humanitaria para atender a miles de cubanos que se quedaron sin hogar. Pregunto: ¿Dónde están los amantes de la revolución cubana?¿Dónde están los intelectuales que por años se amaestraron con los logros del fidelismo?¿Dónde están los venturosos que levantaban en alto la doctrina de CHE y lo retrataban como ejemplo de lucha libertaria?¿Dónde están los organismos de derechos humanos?¿Dónde están los cantores para poner un manto de alegría?. Aquí Fidel no cuenta. Aquí no se trata de política. La gente se está muriendo y los propios compatriotas, esos que desde Miami gozan riéndose porque creen que con esto el comandante se terminará ahogando en el mar, tampoco hacen nada. Solamente se piensa en que los precios de la nafta se van por las nubes, que el galón de gasolina aumentó 3 dólares y que la despensa está quedándose vacía.
Tenía razón Hemingway. “Una cosa es lo que un hombre piensa y otra cosa lo tiene en la cabeza”. En estos momentos, en la cabeza de muchos farsantes, hay mierda abyecta, vergonzosa e inaudita.
El coro de voces socialista tampoco ayuda, están en el entreacto de la función. La obra no parece estrenarse en el escenario caribeño. La marquesina de Hollywood vende un sueño americano y en La Habana un lamento se desploma del cielo.
Todo parece indicar que la Unión Europea, después de levantar las sanciones impuestas a la isla en el 2003, va a ser la cuota de esperanza.
Con este panorama desalentador, la aventura del vuelo a Rusia para conocer El Floridita quedó suspendida. Tampoco tenía ganas de vivirla, lo confieso.
“Lo que viene es muy duro, vamos a pasar hambre. Aquí iban a repartir tierras a quienes quisieran cultivar arroz, pero imagino que ahora eso se irá a pique”, le murmuró un operario a Victoria, en el aeropuerto.
La última vez que abandoné Cuba, llovía torrencialmente. En el camino al aeropuerto muchos jóvenes con el torso desnudo dejaban que el agua los empapara. Pregunte: ¿Juegan? “No, se higienizan”, me respondieron.
El agua bautiza, sana, limpia. Los huracanes destruyen. Los pueblos acostumbrados al dolor, silencian. Los indiferentes, como siempre, no tienen corazón.

1 comment:

Anonymous said...

Este blog, desde que lo encontré, siempre me transmitió una suerte de bienestar; un refugio. Hoy encuentro el pesar de una lucidez que no abunda; asolado por los huracanes, encontré en el refugio un verdadero ejemplar de hombre, un verdadero referente, un verdadero ejemplo de minuciosa generosidad. Hemingway debe estar orgulloso.