Friday, January 22, 2021

LA CASA ABANDONADA DE LOS GATOS FELICES


De repente el olvido, la desolación, la tristeza de haber sido habitada por personajes de leyenda. Todo se cierra y se rinde ante un virus que logra instalarse y sacudir hasta los cimientos. La historia no cesa, no quiere ser parte de un almanaque sin pasado. Pero la realidad es una gota de saliva y la peste se esconde detrás de un tapaboca. Triste es el destino, cruel y perverso, ácido y amargo, cargado de un aire que huele a muerte y a batalla perdida. La casa está vacía. Solo los gatos sobreviven gracias a los voluntarios que le acercan la ración diaria. Así de simple y temerario.

Nadie hubiera imaginado que la mansión de Key West dejaría de ser pasión y mística. Aunque basta con mirar los números de muertos y el frío por la espalda paraliza: los fallecidos por coronavirus supera en Estados Unidos a los caídos en la Segunda Guerra Mundial.

Sin turistas de todo el mundo y con menos de la mitad de los empleados, la casa de Hemingway se cae día a día

El cierre de fronteras internacionales y la prohibición de llegada de cruceros, desde marzo, hace que todo sea un recuerdo.

 

El director de la casa-museo, Andrew Morawski, se lamenta: “Tenía diez guías, ahora tengo cuatro”. Desolado, agrega: “Pensamos seguir abiertos y nuestros gatos seguirán recibiendo todos los cuidados”. 

Los residentes extrañan el movimiento, a esos visitantes acalorados que consumían bebidas a raudales. Uno de ellos, Jack Reichenback, de 67 años, reflexiona: “Esto solía estar lleno de gente que apenas podía caminar entre la multitud y ahora no hay nadie”.


Una amiga, Martha Berman, quien me suministra estos datos, hace dos semanas estuvo en la ciudad, acompañando a dos turistas locales. “Lloré -me dice-, visité esa casa más de 20 veces, en distintos momentos y épocas, pero nunca me enfrenté con esta situación. Es muy triste ver todo paralizado”.


Los gatos mutantes caminan por toda la casa y saben que la tranquilidad es prestada. Los escasos turistas los acarician y algunos le vierten agua en lo cuencos diseminados por toda la mansión.

La casa de Hemingway no morirá, no dejará de ser ese imperio de emociones, fracasos, peleas y fiestas. Tarde o temprano llegará la nueva vida.

Es de esperar que sea pronto, antes que la leyenda se termine, aunque las cifras sean alarmantes: Florida sobrepasa el 1.6 millones de contagios desde que comenzó la pandemia.

 

"Si ganamos aquí ganamos en todas partes. El mundo es un buen lugar por el que vale la pena luchar y odio mucho dejarlo". Ernest Hemingway



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