Monday, January 12, 2009


UN HOMBRE SENTIMENTAL
El libro de René Villarreal estará lleno de sorpresas. Después de la muerte de Gregorio Fuentes, el testimonio viviente más cercano a Hemingway sigue siendo el “mayordomo”; título sin ningún dejo peyorativo porque bien ganado lo tiene este hombre que nos viene a dar un ejemplo de vida y amistad .René es un roble de 80 años. Una persona de esas que ya no se la suele hallar fácilmente. Es bueno recordar de qué manera se inicia el largo proceso de su relación con Hemingway. La familia Villarreal vivía a pocas casas de Finca Vigía. Como la mayoría de esas viviendas humildes su construcción era precaria, algo parecido a una cabaña armada con tablones. En rigor, el primero que toma contacto con Hemingway es Luis Villarreal. De su boca se conoció el relato que Norberto Fuentes detalla en su libro Hemingway en Cuba:
“Nosotros nos pegamos a Papa -añade Luis Villarreal- por medio de una curiosa circunstancia, que también puede servir para revelar la faceta de su carácter. El caso es que estamos nosotros, los niños del barrio, jugando, cuando un hermano mío y de René se cayó de una carreta cargada de yucas. Las ruedas le pasaron por encima. Este hermano mío se llamaba Rodolfo, y, reventado, comenzó a agonizar. Nosotros no sabíamos qué hacer con él tirado en la calle. Había una enorme gritería, figúrense, y la noticia llegó a oídos de Hemingway, allá arriba en la casa: a Rodolfo lo había arrollado una carreta. Fue Hemingway quién lo recogió y llevó en su máquina a la clínica. Le dijo a los médicos (era una institución privada): “Sálvenle la vida a este muchacho no importe lo que cueste, yo lo pago”. Desde luego, todos los esfuerzos resultaron inútiles. Era una carreta que pesaba varias toneladas y mi hermano murió. Ahora yo podría intentar una explicación del comportamiento de Papa, y es que él era muy sentimental; como la carreta se hallaba en el callejón de La Vigía, pudo sentirse aludido o responsable de alguna forma. No sé, el era un hombre sentimental…”
Aquel triste episodio generó en Hemingway un profundo estado depresivo. La muerte que no tiene reparación, sirvió para que un adolescente comenzara a frecuentar la vivienda del escritor. Ese joven no sería otro que René Villarreal, quien llegaría a ser el hombre de mayor confianza de Ernest. Secretario y mayordomo, confidente y amigo, segundo en el mando de atención de Finca Vigía y responsable de la casa en ausencia del matrimonio. Para muchas cosas René era consultado por Hemingway y había otras que no necesitaba la aprobación de Papa.
“Yo era la única persona que podía entrar en su cuarto mientras escribía”, cuenta René. “Comíamos todos juntos en esta mesa”, agrega para certificar la confianza.
René Villarreal salió de Cuba en los años 70. Había estado a cargo de Finca Vigía hasta que se transformó en Museo. En el testamento que dejó Hemingway le correspondió a René la carabina Winchester que Ernest uso en muchas de sus cacerías. El mayordomo la volvió a entregar al museo. “Es el mejor jugar para guardarla”, dijo.
Ahora llega su libro que será un documento único para todos nosotros. Tuve el placer de hablar con René en Finca Vigía, en junio de 2007.Me quedó presente su mirada, su sencillez, su disposición para responder a mis preguntas. Es un hombre de una profunda calma…No sé, el era un hombre sentimental…

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