EL DIBUJO ANIMADO DE EL VIEJO SANTIAGO
Día negro. Para olvidarlo. ¡Socorro! ¡Help! Despierto con la bocina del teléfono ladrándome al oído como si se tratara de un perro enfurecido al lado de mi cama. Atiendo. Es Pierette, sensiblemente preocupado porque Victoria y Tessie no regresaron por la noche del departamento donde está encarcelada Daniela. Me dice que los celulares de ambas están cerrados y que el teléfono de línea tiene agotada la casilla de mensajes. Le pregunto por René. Me responde que su padre viajó a Panamá y ya debe estar volando a La Habana para arreglar la internación de Daniela. Se confiesa inquieto porque el pequeño Oliver busca a su madre y en cualquier momento revienta en llanto. Recién advierto que son las 7.17. Me propone pasar a buscarme y juntos marchar hasta el departamento de Plaza San Martín. No puedo negarme. Me visto de apuro y preparo un café. Llega en un instante. Salgo, subo al auto y Oliver desde su sillón me mira, parece decirme: “tranquilo abuelo, este cagón no las conoce”. Estaciona. Al ingresar nos demora el encargado para preguntarnos dónde vamos.“Bien…¿el hijo de René?...bueno”. Quinto G. Llamamos. Nos atiende Simoneta con un rostro que lo dice todo: “Acaban de irse, Daniela tuvo un ataque neurológico y tiene paralizado el brazo derecho. Está sedada”. Regresamos. Siento culpa por no haberle dicho que me quedaba a acompañarla. Pierette, ya más tranquilo, me invita a subir a su departamento. No hay reproches. Tessie nos relata que repentinamente Daniela comenzó a temblar y quería levantarse. No podían controlarla. Victoria me muestra su brazo con dos moretones de los golpes que recibió. Simoneta la abofeteó dos veces y logró suavizar la ira. Cuando llegó el médico le aplicó una inyección y al poco rato se quedó dormida. Ya son las 10.30. Saludo y me retiro. Vuelvo a la calma de mi hogar. Al menos eso creo. Otra vez suena mi teléfono. Dudo en atender, pero si fuera por otra urgencia, no me lo perdonaría. Es René desde la pileta del hotel en Panamá: “Dígame, sabe algo sobre Daniela y su madre, estoy llamando pero nadie me contesta”. Le explico. Me responde que en 3 horas viaja a La Habana para ultimar detalles. Le sugiero que suspenda la partida. Me responde que me habla más tarde. 12.45. Ahora es mi celular. Es Candela Votto, mi amiga uruguaya/española, fotógrafa y diseñadora gráfica. “Tío…¿Te acuerdas del dibujo animado de El viejo y el mar, hecho por Alexander Petrov en un estudio canadiense en el año 1999…coño está en www.anchiano.blogspot.com , versión completa, en el posteo del 31 de marzo de 2008. José… dile a la coleccionista que no te lo dejó ver en Cuba que nadie es dueño de nada en la blogósfera”. Me meto en la bitácora y allí estaba esperándome Santiago y su pez gigante. Volver a verlo ha sido un placer. Compartir con ustedes este dato una necesidad. Se los recomiendo. Suena en teléfono de línea. No atiendo. Todavía estoy con Hemingway.
Día negro. Para olvidarlo. ¡Socorro! ¡Help! Despierto con la bocina del teléfono ladrándome al oído como si se tratara de un perro enfurecido al lado de mi cama. Atiendo. Es Pierette, sensiblemente preocupado porque Victoria y Tessie no regresaron por la noche del departamento donde está encarcelada Daniela. Me dice que los celulares de ambas están cerrados y que el teléfono de línea tiene agotada la casilla de mensajes. Le pregunto por René. Me responde que su padre viajó a Panamá y ya debe estar volando a La Habana para arreglar la internación de Daniela. Se confiesa inquieto porque el pequeño Oliver busca a su madre y en cualquier momento revienta en llanto. Recién advierto que son las 7.17. Me propone pasar a buscarme y juntos marchar hasta el departamento de Plaza San Martín. No puedo negarme. Me visto de apuro y preparo un café. Llega en un instante. Salgo, subo al auto y Oliver desde su sillón me mira, parece decirme: “tranquilo abuelo, este cagón no las conoce”. Estaciona. Al ingresar nos demora el encargado para preguntarnos dónde vamos.“Bien…¿el hijo de René?...bueno”. Quinto G. Llamamos. Nos atiende Simoneta con un rostro que lo dice todo: “Acaban de irse, Daniela tuvo un ataque neurológico y tiene paralizado el brazo derecho. Está sedada”. Regresamos. Siento culpa por no haberle dicho que me quedaba a acompañarla. Pierette, ya más tranquilo, me invita a subir a su departamento. No hay reproches. Tessie nos relata que repentinamente Daniela comenzó a temblar y quería levantarse. No podían controlarla. Victoria me muestra su brazo con dos moretones de los golpes que recibió. Simoneta la abofeteó dos veces y logró suavizar la ira. Cuando llegó el médico le aplicó una inyección y al poco rato se quedó dormida. Ya son las 10.30. Saludo y me retiro. Vuelvo a la calma de mi hogar. Al menos eso creo. Otra vez suena mi teléfono. Dudo en atender, pero si fuera por otra urgencia, no me lo perdonaría. Es René desde la pileta del hotel en Panamá: “Dígame, sabe algo sobre Daniela y su madre, estoy llamando pero nadie me contesta”. Le explico. Me responde que en 3 horas viaja a La Habana para ultimar detalles. Le sugiero que suspenda la partida. Me responde que me habla más tarde. 12.45. Ahora es mi celular. Es Candela Votto, mi amiga uruguaya/española, fotógrafa y diseñadora gráfica. “Tío…¿Te acuerdas del dibujo animado de El viejo y el mar, hecho por Alexander Petrov en un estudio canadiense en el año 1999…coño está en www.anchiano.blogspot.com , versión completa, en el posteo del 31 de marzo de 2008. José… dile a la coleccionista que no te lo dejó ver en Cuba que nadie es dueño de nada en la blogósfera”. Me meto en la bitácora y allí estaba esperándome Santiago y su pez gigante. Volver a verlo ha sido un placer. Compartir con ustedes este dato una necesidad. Se los recomiendo. Suena en teléfono de línea. No atiendo. Todavía estoy con Hemingway.
2 comments:
Esa animación esta buenisima. Segun lei en algun lado, está pintada y difuminada con tempera sobre vidrio. Esta página cada dia se vuelve mas interesante.
Hola. Pues me alegro que mi posteo te alegrara un poco el día. Y gracias por la mención del blog.
Un saludo.
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