Soy obeso de alma:me gusta cocinar.¿Es grave...prohibido...marginal...?No lo creo,no lo dudo,no lo certifico.Sin embargo, desde hace unos años y después de cuatro by-pass,cada día me alejo más de la mesa.Alguna vez,como hombre de buen paladar,mi ex-esposa(no puedo dejar de nombrarla),me dijo que era lo más parecido a una 4x4"todoterreno", porque no le hacía asco a ningún camino para llegar a un plato.Estoy convencido que Hemingway era igual.Lo digo después de terminar de leer El libro de cocina de Hemingway(The Hemingway cookbook),del escritor Craig Boreth.Hombre de estómago privilegiado si lo hubo.El novelista,muchas veces se desayunaba con un buen plato de riñoncitos asados con champiñones,pulpo a la vinagreta y papas al ajillo.Claro está que estos preparados sólo se bajan con vino y se festejan con champagne.
Todo es creíble en Hemingway,como aquella versión atribuída a André Malraux,quién se alojaba en el Hotel Florida de Madrid donde también se hospedaba Ernest.El francés, a poco de estallar un obús, muy cerca del lugar,irónicamente declaró:"Hubiera sido una lástima que nos volasen los fascistas,porque Hemingway tenía allí la mejor despensa de Madrid".Y qué decir de esa mesa que compartieron José David Alfaro Siqueiros,el pintor español José Renau y el "Tío Ernesto",en un restorán de Valencia.Allí pasaron siete horas discutiendo sobre los anarquistas y,para no sufrir el fantasma del hambre,degustaron puntillas(calamares fritos en aceite de oliva),chipirones,calamares rellenos de almendras,castañas y cerdo picado.Se contaron siete botellas de vino vacías y tres de champagne.Todo un desafío para el colesterol y sus amigos los triglicélidos.
Buen apetito.Buena Salud.Gracias.
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