EL LIBRO

"¡¡Qué tanto joder con esta teta...a tí sólo se te ocurre ponerle jaula a las abejas!!",me gritó Manolo en plena calle.Eran las 5 de la madrugada y volvíamos de una ronda."¡¡Fíjate bien,la mozuela te va a dejar pelado.No es buen lienzo para pintura!!",sentenció.Todo venía a cuento porque Daniela no estaba muy contenta con la presencia de mis amigos.Se había hecho a la idea que llegaría a la casa y yo la atendería.Ella desconocía que Manolo y Amparo me dieron cama y comida,me relacionaron con un grupo de psicólogos sociales y gracias a ellos pude vivir mi exilio sin mayores complicaciones.Estando allí llegué a Pamplona y me metí con la magia del "Tío Ernesto". En aquella casa leí La esperanza de André Malraux, Homenaje a Cataluña de George Orwell, Testamento español de Arthur Koestler y siete veces Por quién doblan las campanas.En mi seguro cuarto de Madrid quedó sobre mi cama La quinta columna y un señalador de Segovia.!Qué puede saber Daniela de la soledad,de las páginas rotas de mi agenda,de aquella frase que colgué en la pared..."Cuando un autor escribe una novela tiene que crear gentes que vivan,gentes,no personajes.Un personaje es una caricatura.Si el autor puede hacer que vivan las gentes,es posible que haya un gran personaje en su libro".(Muerte en la tarde/1932)!.

Como bien le dije a Manolo,la chiquilla se sentó a la mesa cuando el plato principal ya estaba servido.Mi pasado,mis recuerdos,mis afectos,no tienen el perfume de Daniela.

Llegamos al departamento.Manolo corre al baño para dejar su vejiga tranquila.Sale y va hasta el cuarto.Vuelve con una bolsa de El Corte Inglés."¡Ábrela!",ordena.Es el libro y el señalador que quedó sobre la cama.Lo abrazó."¡¡Mirá que éres tonto...tío,bien tonto!!".