LA PELOTA VASCA

Todo comenzó cuando le dije a Manolo que el único lugar donde todavía se podía practicar pelota vasca, era en el Club Almagro.Extrañado me dijo:"¡¡Coño, no puede ser".Le expliqué que aquí, ese tipo de deportes cayó en desgracia, como el ciclismo,el boxeo,la natación,las carreras de caballos.Manolo me frena:"¿Me estáis diciendo que todos los vicios de Hemingway murieron?".Sentí que me escupía en la cara.En efecto,salvo las carreras de caballos,el resto duerme en el olvido.Manolo advirtió la seriedad de mi rostro y trató de dar un giro:"¡Hombre,en España,la pelota vasca es un juego de unos pocos que conservan la tradición...!".Hice un gesto de compromiso.Para no terminar con enojo,le propuse pasar por La Rosa Peregrina.Como si lo hubiera preparado, coincidió estar reunidos en una mesa, Aurelio García, el peluquero Matarazzi, Oreste Barrientos, el"Mosquito",el Doctor Sierra y Boris, el gato negro que auspicia de anfitrión.Manolo se sorprende por el recibimiento de estos distinguidos señores que, encantados por su presencia,lo invitaron a tomar unas sidras heladas que estaban guardadas en la heladera desde la navidad.Jamón serrano y queso gouda,aceitunas negras y papitas fritas,son el remate para la felicidad de la reunión.Nadie habló del Rey,de Zapatero,de la ETA.Todo quedó centrado en un tema:¿Con cuánto vive un jubilado en España?.Mientras ellos discutían yo volví a la pelota vasca,al ciclismo,a las carreras de caballos,al boxeo.Los vicios de Hemingway se fueron con él.Los míos no sé por donde andarán.