ENTRE WHITMAN Y POE
Hemingway tenía una profunda admiración por Walt Whitman y Edgar Allan Poe. A Ernest le seducían de Whitman esa actitud de "personaje",la barba románticamente descuidada,el pelo largo,el sombrero alado,que hacían del poeta, algo así como un "Búfalo Bill" de las letras.Había en Whitman un aire mágico,un sentido seductor de la vida que lo diferenciaba del resto.Si con Whitman lo unía la magia,con Edgar Allan Poe lo relacionaba la desgracia,la vida sórdida,la melancólica desazón del alcohol,el dejarse llevar sin rumbo,el perderse en sí mismo.Hemingway admiraba de Poe el manejo del relato corto,el juego del incidente y el tono,factores que según él determinaban el fracaso o el éxito de una narración.También le apasionaba el modo que Poe aplicaba la mentira para jugar con las pistas falsas y,de este modo,atrapar y envolver al lector.Pero el rito común donde se unían, era en el marco de la desesperación existencial.El pesimismo de Hemingway tenía el fantasma de Poe,quién en su último ingreso al hospital, casi como epitafio, expresa:"Quiero saber si hay esperanza para un miserable como yo".Al morir la esposa de Poe,éste se desploma,no pide ayuda y se entrega a la bebida.Hemingway, en una carta del 8 de agosto de 1960, le dice a Mary, desde Madrid:"Me gustaría que estuvieras aquí para que me cuidaras,me ayudaras y no me dejaras que me vuelva loco".
Entre Whitman y Poe hay un Hemingway que aparece y desaparece a cada instante y en todo momento.Un Hemingway que se oculta del pesar para parecer un hombre fuerte y valiente,para parecer el protagonista de una novela sin final.
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