TAN CERCA,TAN LEJOS DE HEMINGWAY
El Audi quedó destrozado,partido por la mitad, sobre la base de unos de los arcos del viaducto.Cuando llegamos ya la ambulancia había trasladado a Lorenza.Dos días antes,los cuatro circulábamos por la rua Almirante Alexandrino y, esos Arcos de Lapa, nos hicieron de sombrilla.Según los testigos, ella realizó una maniobra inesperada y no pudo dominar el auto.Esa mañana había salido temprano,tenía que resolver un tema serio sobre la internación de un pequeño con leucemia mieloide.No llegó.Ahora hay que esperar.Sergio no habla.Daniela trata en vano de calmarlo.Yo creo que si Lorenza se salva,su vida estará restringida a una silla de ruedas.Mi amigo aguarda la llegada de su hijo Flavio que vive en Recife.Aunque no lo quiera,también se acercará María Grazia,su primer esposa y amiga de Lorenza.Sergio quiere que nos quedemos todo el tiempo que sea necesario para no vivir sólo esta dolorosa etapa.Le digo que sí,que voy a estar a su lado.Me pregunta si Lorenza habló conmigo sobre él.Le respondo que no. A Sergio se le llenan los ojos de lágrimas."Estoy como Hemingway,la vida se termina",alcanza a decirme antes de abrazarme.
Son las 3 de la tarde,la lluvia amenaza en Santa Teresa y la angustia parece un cuchillo clavado en el estómago.
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