EL PREMIO DEL AVENTURERO
Hemingway sabía que después del Pulitzer, el paso siguiente era el Nobel. Lo estaba esperando desde 1942, cuando todavía estaba fresca la tinta de Por quién doblan las campanas. El 4 de marzo de 1953, mientras estaba pescando, le comunican que por su libro El viejo y el mar , le otorgaron el Pulitzer. A partir de entonces el camino tenía un solo recorrido.Pero en medio de estas gratificaciones, se produce un hecho al mejor estilo Hemingway.El 23 de junio de 1953, Ernest y Mary suben a un pequeño cuatriplaza Cessna para llegar a las cascadas de Murchisori. Durante el vuelo se presenta un desperfecto y se pierde todo contacto con la nave.Después de una búsqueda intensa se localiza la máquina, sin tripulación, entre los árboles de un bosque. Las agencias de noticias dan por muerto al escritor. Al día siguiente, el piloto Roy Marsh,Hemingway y Mary, son hallados con vida cerca del lago Albert.Todos hablan de milagro y las malas lenguas, de una perversa promoción. La pareja vuelve a tomar otro avión y nuevamente la máquina sufre desperfectos al partir de Butiaba.Finalmente, cuando nadie creía la versión, la aeronave aterriza en Nairobi.
En 1954, a pesar de todo lo padecido, la Academia de Artes y Letras lo reconoce a Hemingway, con la Orden de Mérito y, el 28 de de octubre la agencia UP, le comunica que le ha sido otorgado el Premio Nobel de Literatura.
Cuentan algunos noteros que circuló, por entonces, una infidencia de uno de los notables de la Real Academia de Letras de Estocolmo, que bien puede ser cierta:"Decidí votar por Hemingway porque era mejor concederle el premio antes de que muriera en sus frecuentes aventuras".
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